miércoles, 11 de noviembre de 2015

La caída del imperio


A principios de este año la cadena FOX, que no había tenido mucha suerte con sus apuestas para el otoño anterior, estrenó “Empire”, una serie sobre la industria discográfica del mundo del hip hop. Consiguieron audiencias más propias de la década pasada y algo mucho más difícil de alcanzar: que cada capítulo tuviese más espectadores que el anterior. El fenómeno había nacido y ya todo el mundo hablada de sus canciones, su estética hortera y especialmente de una de sus protagonistas. El personaje de Cookie Lyon pasó a ser un icono popular y sus salidas de todo aplaudidas por millones de personas en todo el mundo.

Pero tras la entretenidísima primera temporada llegaba el momento de demostrar que el fenómeno seguía vivo y que había Cookie para rato. La tan temida segunda temporada que, al fin y al cabo, es la que se encarga de demostrar si estamos ante un producto que merece la pena seguir o ante un golpe de suerte. Este estreno se produjo hace ya unas semanas y voy a comentaros lo que me está pareciendo hasta el momento (aunque supongo que por el título del post ya os hacéis a la idea). Por cierto, algún spolier sobre lo que llevamos de temporada caerá.

El guilty pleasure es cada vez más guilty y menos pleasure. Bien es cierto que el personaje de Cookie sigue en la misma línea, pero el problema es que ya no resulta novedoso y sus salidas de tono cada vez lo son menos ya que resulta más predecible y menos espontánea que en la primera temporada. El resto de personajes se mantienen más o menos en lo mismo: Lucious, tras salir de la cárcel intenta tomar de nuevo las riendas de la discográfica; André sigue sin ser capaz de controlar sus inseguridades y sus problemas mentales; Hakeem no abandona su lucha por conseguir ser más famoso que su hermano Jamal y el propio Jamal está ahí más que nada para cumplir con la cuota gay que toda serie mainstream debe tener. Bueno, eso y que es el único de todo el reparto que canta decentemente. Pero el problema de todo eso es que ya lo habíamos visto en la primera temporada. Nada nuevo bajo el sol.


Mención aparte merece el guión, Y es que se nota que el fenómeno les ha pillado tan de sorpresa que no tenían preparadas las tramas para una segunda temporada que se ha estrenado tan solo seis meses después del fin de la primera. Es decir, casi cuatro meses antes de lo previsto. Y eso se nota. Vaya si se nota.  La coherencia narrativa brilla por su ausencia hasta límites que resultan ridículos. Personajes que son rivales al final de un capítulo pasan a ser colegas al inicio del siguiente (y volver a enemistarse 20 minutos después), presidentes de la compañía que cambian prácticamente a cada escena, compañías discográficas que se crean de un día para otro, artistas que filtran su propio disco en internet con el único objetivo de molestar a su padre… Y eso son solo algunos ejemplos que hacen que el espectador suelte un WTF tras otro. Bien es cierto que “Empire” nunca ha sido una serie calificada de obra maestra por la crítica, ni muchísimo menos. Pero por lo menos que resulte coherente y entretenida. Y a mí francamente, ni lo uno ni lo otro. Ya sabíamos que no estábamos ante la heredera de “Los Soprano”, pero es que mucho me temo que no estamos siquiera ni ante la heredera de “Revenge”.

De momento siguen contando con el favor del público, ya que a pesar de no conseguir alcanzar los más de 17 millones con los que cerraron la primera temporada, se mantiene en cifras rondando los 12 o 13 millones, que siguen  realmente altas. Y más teniendo en cuenta lo mal que le está yendo a FOX últimamente…  Pero, ¿Por cuánto tiempo?

1 comentario:

  1. A mi me gusta mucho esta serie: Si que es verdad que esta segunda temporada está mas flojita. Y tambien he de decir que me encanta la voz y las canciones de Jamal. Espero que se empiece animar un poco.

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