lunes, 31 de octubre de 2016

"CHANNEL ZERO: CANDLE COVE": traumas infantiles según SyFy

Hace un par de semanas el canal SyFy estrenó una de sus mayores apuestas de la temporada y que de momento tiene absolutamente descolocados tanto al público como a la crítica. Se llama “Channel Zero: Candle Cove” y supone un nuevo intento de llevar el mejor terror a la televisión, tan de moda esta temporada con el regreso de “American Horror Story” a la primera división seriéfila o el estreno de la muy estimulante adaptación de “The Exorcist”. Y aprovechando que estamos en pleno auge de la temática Halloween, qué mejor momento para comentar una de las temáticas más terroríficas de lo que llevamos de temporada seriéfila.


“Channel Zero: Candle Cove” contará con temporadas cortas de tan sólo seis episodios para no perder ni alargar innecesariamente la magia y la atmósfera que se consigue en cada uno de los episodios. Y cada una de ellas adapta una historia “creepypasta”. ¿Y qué es el creepypasta? Pues algo que hasta hace un par de episodios yo desconocía totalmente. Y para simplificarlo, podríamos decir que son las típicas historias de temática de terror que circulan por mails en cadena, redes sociales y foros (precisamente toman su nombre del típico COPY+PASTE que les sirve como medio transmisor) y que mezclan leyendas urbanas, cuentos de terror ficticios y la aportación que cada lector puede ir dándole según la van leyendo.

Esta primera temporada cuenta la leyenda urbana de un supuesto programa de televisión  llamado “Candle Cove” que aterrorizaba a los niños en la década de los 70. El programa no tenía nada de terrorífico sino que eran unos simples piratas de trapo que surcaban los mares buscando tesoros, pero los niños, después de verlo empezaban a sufrir cambios en su carácter y pesadillas nocturnas que duraban semanas y meses. Y lo de supuesto viene porque ese programa en realidad nunca existió sino que forma parte del propio “creepypasta” (algo así como lo de Ricky Martin y la mermelada en “Sorpresa, Sorpresa” pero más horripilante. Bueno, quizás no…).


Uno de estos afectados por “Candle Cove” es Mike Painter (interpretado por Paul Schneider al que hemos visto en “Parks and Recreations”), cuya infancia estuvo marcada por la desaparición de su hermano gemelo y la muerte en extraña circunstancias de otros cuatro niños más de su misma edad cuyos cadáveres fueron encontrados colgando de las ramas de un árbol (hola “True Detective”, hola “Hannibal”). Todo ello después de la emisión de la serie. Ahora, ya de adulto y dedicado en cuerpo y alma a la psicología infantil, empieza a tener pesadillas en las que ve que tiene que regresar a Iron Hills, su pueblo de la infancia y lugar en el que los extraños hechos tuvieron lugar. Y es que parece que los hechos ocurridos el 1988 parecen estar a punto de volver a producirse.

Y así es. Poco después de la llegada de Mike y tras reencontrarse con su madre Marla (interpretada por Fiona Shaw, la tía Petunia de la saga Harry Potter y la maravillosa Antonia Gavilán de Logroño de “True Blood”) que aún vive traumatizada por la desaparición de uno de sus hijos, se produce la desaparición de Katie, la hija del matrimonio formado por Gary y Jessica, antiguos amigos de la infancia de Mike. Tras su reaparición la niña, a la que ahora le faltan dos dientes, afirma haber visto  poco antes de su desaparición un programa de televisión poco antes que encaja con aquel que los ahora ya adultos Mike, Gary y Jessica vieron y sufrieron de pequeños. A pesar de ello, las primeras sospechas recaen sobre el propio Mike tras su misterioso regreso al pueblo justo antes de la desaparición de la niña. Este tendrá no sólo que demostrar su inocencia, sino convencer a todo el mundo de que “Candle Cove” ha regresado.


Si bien no podemos decir que “Channel Zero: Candle Cove” tenga un ritmo trepidante, la serie sabe como ganarse la atención del espectador con una tensión muy bien administrada. Gran parte de ese mérito proviene de una atmósfera tan gris y espesa como la situación que está viviendo su propio protagonista. Además, la acción en tiempo presente se ve alterada por numerosos flashbacks que sirven para contarnos lo vivido por los por entonces críos y que tanto temor les ha causado con el paso del tiempo. Todo ello hace que el resultado final sea más cercano a las novelas de Stephen King que al terror más “estético” que Ryan Murphy borda en “American Horror Story”). Y en parte es debido también a la ausencia de una música o una subida de audio que acompañe los momentos más inquietantes (truco tan manido como efectivo, por otra parte). 

Y como la cosa hoy va de no hacer spoilers, no puedo desvelar cierto giro en los acontecimientos en el primer episodio que hace que la serie adquiera un toque aún más macabro y malsano si cabe. Eso tendréis que verlo vosotros mismos.


viernes, 28 de octubre de 2016

"MAN WITH A PLAN" y el enésimo intento de Joey Tribbiani


Estamos a finales de octubre y a pesar de que la mayoría de los estrenos ya han llegado a nuestras pantallas, aún queda un buen puñado de series por estrenar. Esta misma semana llegan a las networks al menos dos nuevas sitcoms y un drama. De entre ellas, una de las que ya hemos podido “disfrutar” esta semana ha sido la nueva serie de Matt LeBlanc, el eterno Joey de "Friends" y que lleva por título “Man with a Plan”


La serie se centra en el matrimonio formado por Adam y Andy Burns. Ella lleva los últimos catorce años al cuidado de sus tres hijos Kate, Teddy y Emme mientras que él se dedicaba en cuerpo y alma a su empresa de construcción. Todo cambia cuando ella, aprovechando la incorporación de la más pequeña de sus hijos a la vida escolar, decide retomar su vida laboral fuera del hogar, por lo que su marido tiene que adaptar los horarios de su negocio para empezar a encargarse de la casa y de la crianza de sus hijos.

Ahí es donde empiezan las supuestas situaciones cómicas a las que tiene que hacer frente el patriarca de la familia. Tendrá que llevar a los críos al colegio y por una carambola del destino, le tocará ser el representante de los padres y madres de los niños de la clase de su hija pequeña. Algo para lo que no estaba para nada preparado. Su estatus de macho alfa corre peligro (palabras textuales) cada vez que tiene que lidiar con el grupo de mamás del cole o cuando tiene que conseguir que sus hijos hagan los deberes y tomen un baño antes de que su madre regrese a casa a la hora de la cena.


Si bien cualquier serie protagonizada por alguno de los seis actores de “Friends” merece al menos que le demos una oportunidad, lo cierto es que en el caso de “Man with a Plan” esta primera oportunidad va a ser la última. Quienes me conocen bien saben que las sitcom son una de mis debilidades seriéfilas, pero todo tiene un límite y es que no estoy dispuesto a retroceder veinte años para escuchar chistes que a estas alturas de la vida no deberían hacer gracia más que a cuatro señores de Oklahoma que no han salido de sus casas en la vida. Tiene mérito que LeBlanc empiece a elegir papeles acordes con su edad de casi cincuentón, pero si el resultado va a ser “Man with a Plan”, francamente, prefiero que siga un puñado de temporadas más con la autoparódica “Episodes”.

“Man with a Plan” es viejuna, muy viejuna. Tanto que bien podría estar protagonizada por Tim Allen o el violador caído en desgracia Bill Cosby. Y es que no hay nada más rancio que basar el humor de una serie en un hombre que tiene que empezar a desarrollar actividades que tradicionalmente habían sido reservadas para la mujer. Estamos en 2016 y ese mensaje debería estar más que superado. Es por eso que en ocasiones resulta hasta machista. Hay un momento en el primer episodio en el que el personaje interpretado por LeBlanc, al verse desbordado por la arrolladora energía de sus tres hijos, culpa a su mujer de no haber sabido educarlos durante los 14 años que ella desarrolló esa tarea. Francamente, hay cosas que a estas alturas de la vida ya no hacen gracia, y esta es una de ellas. Por lo menos en lo que a mi visión personal respecta.


Si hace unas semanas, el estreno de otro de los proyectos estrella de la CBS para esta temporada, “Kevin can Wait” despertó cierto recelo al tratarse de una sitcom protagonizada por un varón-blanco-heterosexual y con un argumento más propio de los 90 que del año en el que nos encontramos, “Man with a Plan” es la encargada de afirmar esa tendencia con una temática y un tipo de humor francamente similar (de ahí que el hecho de emitirse una justo después de la otra no sea una simple casualidad).Todos estamos de acuerdo en que la CBS es la cadena más “anticuada” de todas las networks en lo que a edad media de sus espectadores se refiere, pero de ahí a estrenar proyectos con mucho nombre detrás pero poco ingenio y poca gracia, hay un trecho.

De momento, “Man with a Plan” se ha estrenado con unos datos más que aceptables, más de siete millones de espectadores y un 1,6 en los demográficos, tercera opción de la noche tras “The Voice” y “Dancing with the Stars”. Habrá que ver la tan temida segunda semana a ver si consigue mantener audiencias o como suele ser habitual, se deja parte de sus espectadores por el camino, afectada en parte por las negativas críticas que está recibiendo la serie entre casi todos los críticos norteamericanos.  Yo, en cambio, me bajo aquí. 


miércoles, 26 de octubre de 2016

El Vaticano según Sorrentino: "THE YOUNG POPE"

Hace unas semanas, Jude Law estuvo en Madrid para presentar su nuevo proyecto, una serie de televisión que retrata la ficticia vida del primer papa norteamericano, papel que interpreta el propio Law y en cuyo reparto destaca nuestro Javier Cámara. La serie está creada, escrita y dirigida por Paolo Sorrentino (el oscarizado actor de “La Gran Belleza” o “La Juventud”) y su argumento ya ha provocado que algunos estamentos del Vaticano hayan puesto el grito en el cielo por la particular visión del polémico director de la religión y la Iglesia Católica.


Conocemos a Lenny Belardo justo en el momento en que pasa a ser Pío XIII. La Iglesia ha llevado a cabo con él una estrategia para modernizar su imagen y transmitir al mundo una visión mucho más atractiva y juvenil de una institución tan arcaica como nuestra civilización. Aunque por otro lado, la elección de su nombre, Pío XIII no augura nada bueno teniendo en cuenta que su "predecesor" Pío XII ha sido uno de los pontífices más controvertidos de la historia por su acercamiento a los nazis durante la II Guerra Mundial. Belarno no tarda en echar mano para esta nueva etapa, que se presenta como la más importante de su vida, de dos personas: la hermana Mary, una monja que se encargó de su crianza y formación cristiana desde que era niño y el Cardenal Spencer, figura que resultó clave para su ascenso a pontífice.

A partir de ahí vamos conociendo al resto de equipo que forma parte del organigrama del nuevo pontífice. De entre todos los cardenales, curas, obispos y demás miembros, destacan el cardenal Gutiérrez y el cardenal Voiello. EL primero de ellos es presentado como una de las figuras más queridas dentro de la institución por su nobleza y su bondad (a ver cuanto le dura) y el segundo ya se plantea desde un principio como el principal antagonista de la función. Poco a poco iremos descubriendo las verdaderas intenciones de uno y de otro mientras el protagonista empieza a destaparse como una figura autoritaria y ególatra. Algo con lo que no todos parecen estar de acuerdo y que seguro causará revuelo no solo dentro de los muros de la fortaleza vaticana. 


La serie, que ha tenido que recrear todos los escenarios ante la negativa del Vaticano para ceder los enclaves reales donde transcurre la acción, nos presenta a un personaje absolutamente magnético, pero también lleno de contradicciones, aspectos oscuros y negativos. Aunque en algunos momentos resulta enormemente magnético y atractivo, en otros aparece como una figura vengativa, condescendiente y humillante ante aquellos que van a formar parte de su nueva “familia”. Todo el peso de la serie recae en Law, que aparece, al menos en los dos primeros episodios en la práctica totalidad de las escenas y que sirve de eje central alrededor del cual giran todos los personajes ya mencionados. Y lo cierto es que el actor británico comple con solvencia su misión a la hora de transmitir esa dualidad entre atracción y miedo.

Desde un primer momento podemos ver cómo Sorrentino lleva todo a su terreno. Desde la imagen, con unos planos que recuerdan mucho a su obra maestra “La Gran Belleza”, al guión con unos guiños pop marca de la casa (el hecho de que sólo desayune una Cherry Coke Zero es buena muestra de ello) sin olvidarse de esa comedia irónica, sarcástica, surrealista y muy negra de la que el director hace gala en sus guiones. Además cuenta con un cuidadísimo diseño de producción donde predomina un blanco inmaculado que seguro hará contraste con la personalidad del propio protagonista; y una banda sonora que apoya dicho contraste en suaves ritmos electrónicos y que resulta en ocasiones hasta hipnótica.


Además de los ya mencionados Jude Law y Javier Cámara, la serie cuenta con un reparto no menos espectacular con figuras como Diane Keaton interpretando a la Sister Mary tan importante para el nuevo papa; Cecile de France (“Mas allá de la vida”, “Las Muñecas Rusas” o “Una Casa de Locos”), Ludivine Sagnier (“Swimming Pool”, “8 Mujeres” o “Un Secret”), James Cromwell (“Yo, Robot”, “La Milla Verde” o “L.A. Confidential) o Silvio Orlando (“Il Caimano”, “Giovanna´s Father” o “Portabor”). Un reparto muy internacional para una coproducción entre Italia, Francia, Reino Unido, España y Estados Unidos.

De momento, el estreno de “The Young Pope” en Italia, el mercado donde podía resultar más polémico, ha conseguido batir récords de audiencia en Sky Italia alcanzando casi el millón de espectadores. Ya estrenada también en Alemania y Austria, la serie llega esta semana a Reino Unido, Irlanda  y Francia. En España, en cambio, tendremos que esperar a la llegada a nuestro país de la plataforma de streaming de HBO llamada HBO GO prevista para finales de año. Aunque para compensar, ya sabemos que ha sido renovada para una segunda temporada cuya pre-producción ya está en marcha.


lunes, 24 de octubre de 2016

"HATERS BACK OFF": la generación YouTube llega a NETFLIX

La plataforma online NETFLIX sigue con el empeño de que sus abonados dejen de tener vida social y en lo que llevamos de mes ya nos ha traído tres estrenos, la primera temporada de “Luke Cage” su tercer intento en el mundo MARVEL, el estreno de la tercera temporada de “Black Mirror” y la que os voy a hablar a continuación y que parece ser la que más desapercibida ha pasado, “Haters Back Off”.


A pesar de que en España es una auténtica desconocida, Colleen Ballinger se ha convertido en toda una celebrity desde que en 2008 empezase a subir vídeos a YouTube convertida en su alter ego Miranda Sings, una joven con un ego desmedido y muchas ganas de ser famosa a toda costa, pero con pocas habilidades y nulo talento delante de la cámara. Poco a poco sus vídeos se fueron haciendo virales y su personaje fue adquiriendo tal popularidad que la gente llegó a creerse que se trataba de una persona real y no de un personaje interpretado por la actriz que por aquel momento aún se encontraba en la universidad. Ocho años después, Miranda es una de las YouTubers más famosas de su país y gracias a esta fama ha llegado incluso a participar como colaboradora en programas de televisión entrevistando a artistas como Ariana Grande o Fifth Harmony.

Es por ello que NETFLIX no ha podido dejar pasar la oportunidad de abarcar una franja de público que hasta ahora tenía algo abandonada, la de los millenials, y ha fichado a Ballinger para que nos cuente lo que hay detrás de tan peculiar anti-estrella. Por eso, a lo largo de los 8 episodios de los que consta esta primera temporada iremos viendo los sucesivos intentos de Miranda por convertirse en la mayor estrella de la era internet. Para ello cuenta con el apoyo de su tío, que vive día y noche pendiente de que su caprichosa sobrina consiga su propósito, y de su madre, aunque esta parece estar más pendiente de encontrar de nuevo el amor mientras lucha contra su hipocondría. La única cuerda de la familia parece ser la hermana de Miranda, Emily, que tiene que hacer frente a tal peculiar familia mientras saca adelante sus estudios y la casa en la que los cuatro viven. Y no podemos olvidarnos de Patrick, el mejor amigo de Miranda y que secretamente (o quizás no tanto), está enamorado de esta peculiar protagonista a pesar de que poco a poco iremos viendo que lleva las de perder.


El problema de Miranda radica principalmente en que no sabe lo que es la autocrítica, ella afirma que ha nacido siendo ya famosa pero que la gente aún no lo ha descubierto. Si la criticas, es porque en el fondo la envidias, y no porque ella haga nada mal. Ni siquiera esa manía tan suya de aplicarse el pintalabios de tal modo que acabe en sus dientes. Por eso, se toma cualquier crítica como un ataque ya que ciertamente, ella no admite que nadie le diga que no es perfecta. De ahí lo de haters, back off del título. Y eso es algo que ha provocado oleadas de odio hacia este personaje sin que el público se dé cuenta de que simplemente se trata de eso, de un personaje.

Si bien “Haters Back Off” es una serie cómica, y con un humor facilón y simple, lo cierto es que directa o indirectamente nos deja un buen puñado de reflexiones sobre la cultura y la fama en pleno 2016. La primera y más evidente es el bajo precio de la fama. Hoy en día cualquiera puede hacerse famoso, sin ningún tipo de talento ni facilidad ni para cantar, ni para bailar ni para comunicar. Sólo es necesaria una cámara y una conexión a internet para que todo el mundo pueda conocer tu “talento”. Y eso es precisamente lo que le ocurre a esta protagonistas, que ve distorsionada la realidad hasta el punto de ver en ella misma un talento que realmente no existe. No sólo eso, sino que también invita a la reflexión sobre eso que venden tan bien los americanos de luchar por los sueños con todas tus fuerzas (da igual que tengas talento o no, si luchas, lo consigues). Para bien o para mal.


Hay que dejar claro ante todo que “Haters Back Off” no es una serie para todos los públicos. Su protagonista es tan egoísta y tan ególatra que lo fácil es odiarla. Y algo parecido pasa con el resto de su familia quienes, a excepción de la joven Emily, resultan francamente antipáticos, lo que provoca un rechazo de antemano que en ocasiones es difícil de salvar. Es por eso que el resultado final es una serie bastante excéntrica y por qué no decirlo, rara. Muy rara. Eso no evita que su factura sea impecable a pesar de que en ciertos momentos se nota la dificultad en conseguir el ritmo apropiado al tratar de adaptar el formato YouTube a episodios de una duración más o menos fija de 30 minutos. 


viernes, 21 de octubre de 2016

"DEEP WATER": crímenes gays en la Australia de los 80

El canal australiano SBS estrenó hace un par de semanas una de sus mayores apuestas para la nueva temporada seriéfila, la miniserie “Deep Water”, con el reclamo de contar con Yael Stone, una de las protagonistas de “Orange is the New Black”, como protagonista y con la intención de reflejar un aspecto de la crónica negra más reciente del país y que hasta ahora poco o nada se había visto reflejado en televisión.


Y es que el punto de partida de la serie es la investigación del asesinato de un joven en su domicilio en extrañas circunstancias y con el cuerpo parcialmente mutilado. Dicha investigación será llevada a cabo dos policías: Tori Lustigman (la ya mencionada Yael Stone), que acaba de regresar trabajar a la ciudad después de una temporada en un pueblo de Nueva Gales del Sur y Nick Manning (Noah Taylor, visto en series como “Juego de Tronos” o “Peaky Blinders”), un veterano detective. Pero lo que en un inicio parecía un crimen pasional aislado, poco a poco se va desarrollando como una trama mucho más compleja que acaba relacionando este crimen con una serie de asesinatos sin resolver que se produjeron en la zona de Bondi, al sur de la ciudad de Sidney, durante los años 80 y 90. 

Y es que durante estos años (y lo que viene ahora es totalmente cierto), varias bandas de jóvenes violentos “dieron caza” a cientos de homosexuales golpeándolos en algunos casos hasta la muerte. Y lo que es peor de todo, con el consentimiento de la policía ya que sabían que esta no iba a investigar puesto que se trataban de casos menores perpetrados contra “maricas”. Miles de agresiones y docenas de muertes que en algunos casos fueron calificadas erróneamente de suicidios y en muchos otros ni siquiera se molestaron en resolver. Tal era la dejadez de los estamentos oficiales que algunos cadáveres no llegaron siquiera a identificarse mientras que otros no merecieron ni su nombre correctamente escrito en los documentos oficiales.


Y ahí precisamente es donde radica la fuerza de “Deep Water”, en utilizar una investigación ficticia para mostrarnos el pasado más reciente de un país que a pesar de que acababa de despenalizar la homosexualidad apenas cinco años antes, aún tenía un largo camino por recorrer en materia de visibilidad LGTBI. No sólo eso sino que además, aunque de manera muy ligera, también nos recuerda que lo que en Australia afortunadamente ya es pasado, en países como Iraq este tipo de violencia contra el colectivo LGTBI sigue siendo el pan nuestro de cada día, tal y como afirma uno de los protagonistas del primer episodio, emigrante ilegal que huyó de los severos castigos que su país y su religión perpetran día a día contra los homosexuales.

Lo cierto es que la parte de la investigación del asesinato cometido en el presente es bastante sencilla, un caso policiaco de manual, pero la fuerza radica en su relato de lo sucedido décadas atrás. Eso es lo que diferencia “Deep Water” del resto de thriller policiacos. Con ello no quiero decir que la serie no esté bien. Está bien rodada, bien escrita y magníficamente interpretada (la pareja protagonista es maravillosa), sólo que si lo que buscas es un policiaco, puede que el resultado te resulte algo simple. En cambio, si además de eso, también estás dispuesto a  profundizar en uno de los puntos críticos (y a la vez más desconocidos) de la historia reciente de la comunidad LGTBI, el resultado es, cuanto menos, satisfactorio. 


En mi caso concreto llegué a “Deep Water” por casualidad ya que después de ver la participación de Yael Stone en el tercer episodio de “High Maintenance” de la HBO decidí echar un vistazo a su ficha en IMDb. Y ahí es donde apareció esta miniserie que se ha convertido en una de las sorpresas más gratas de la temporada (más que nada porque hace un mes no sabía ni de su existencia). Y más grato aún es saber que gracias a este proyecto múltiple, decenas de organizaciones de derechos humanos del país piden una nueva investigación pormenorizada de todos y cada uno de los casos que han quedado sin resolver o que han sido erróneamente clasificados. Al menos, que “Deep Water” sirva para que todos esos sucesos no caigan en el olvido. 

Y si después del visionado de los cuatro episodios que componen la miniserie aún te quedan ganas de indagar un poco más acerca de esos asesinatos reales, como me ha pasado a mí, el canal SBS ha emitido este pasado domingo, finalizada ya la emisión de la miniserie, un documental titulado “Deep Water: the Real Story” que profundiza mucho más en esos cientos de casos entrevistando no sólo a víctimas y familiares sino también a algunos policías de aquel entonces que hicieron la vista gorda, e incluso a alguno de esos jóvenes asesinos.

#LoveWins

miércoles, 19 de octubre de 2016

"EYEWITNESS": testigos de un crimen múltiple

Este pasado domingo, el canal USA Network, que en las últimas temporadas ha ido haciéndose poco a poco un hueco en el amplio mercado seriéfilo gracias a productos como “Suits”, "Colony”, la adaptación americana de “La Reina del Sur” y principalmente “Mr Robot”, estrenó uno de sus proyectos más potentes de cara a la nueva temporada seriéfila. Se trata de la adaptación norteamericana de la noruega “Øyevitne”, una de las últimas sensaciones en esa burbuja de series negras y policíacas que tan de moda están en los países nórdicos.


En esta adaptación nos trasladamos hasta un pequeño pueblo del estado de Nueva York donde conocemos a dos jóvenes llamados Lukas y Philip que son testigos por accidente de un asesinato múltiple mientras se encontraban en una alejada cabaña en el bosque. Ambos deciden no contar nada de lo que han visto, ya no sólo por temor a las consecuencias de su presencia en la cabaña, sino por miedo a que se descubra que estaban manteniendo relaciones sexuales. Y si bien Philip está preparado para afrontar las consecuencias, Lukas no parece por la labor de que se descubra una incipiente homosexualidad para la que no estaba preparado en absoluto.

Vamos conociendo a partir de ahí aspectos mayoritariamente de la vida de Philip. La relación con su madre, que está intentando dejar atrás un pasado marcado por la adicción a las drogas y la nueva dinámica con los que son sus padres de acogida, Helen y Gabe, que no ven con demasiados buenos ojos que el chico siga manteniendo una relación tan estrecha con su madre y la mala influencia que creen que esta puede estar ejerciendo sobre él. A todo esto, dicha madre de acogida es la sheriff del pueblo y será la encargada de investigar todo lo que acaba de ocurrir en la cabaña, con la intervención, eso sí de un grupo de FBI que parece no poner las cosas demasiado fáciles. Y todo ello mientras el asesino inicia las pesquisas para intentar descubrir la identidad de los que presenciaron el crimen.


El reparto está encabezado por Julianne Nicholson, a la que vimos brillar en dos papeles muy diferentes en la película “Agosto” y la serie “Masters of Sex” y James Paxton (hijo de Bill Paxton) y Tyler Young afrontando aquí los dos primeros papeles protagonista de sus respectivas carreras. Y en papeles más secundarios nos encontramos a Gil Bellows (el eterno Billy de “Ally McBeal”) interpretando al marido del personaje de Julianne Nicholson y Warren Christie (visto en “Motive” o “Chicago Fire”) haciendo del asesino de los tres individuos en la cabaña. Y detrás de las cámaras, dirigiendo los dos primeros episodios nos encontramos a Catherine Hardwicke, directora de la primera películas de la saga “Crepúsculo” y “Thirteen”.

Como decía al inicio del post, “Eyewitness” es la adaptación de un original noruego llamado “Øyevitne”. No nos encontramos ni mucho menos ante la primera vez que una serie nórdica es adaptada al mercado norteamericano. Ya lo hemos visto con mayor o menor fortuna en “The Killing” o “The Bridge”. Y si bien no podemos decir que no sea una buena adaptación (más que nada porque el primer episodio es una copia calcada plano a plano), lo cierto es que después del visionado del primer capítulo, de lo que realmente tengo ganas de es de visionar el original noruego, no sólo por saber cuanto antes qué es lo que ocurre, sino porque francamente, entre un buen original nordic noir o una correcta adaptación americana, me decanto por el primero sin lugar a dudas.


Con ello no quiero decir que “Eyewitness” no merezca la pena ni mucho menos. La serie está bien ambientada y bien interpretada y la combinación entre una parte de la trama protagonizada por un secreto de amor adolescente gay y otra parte centrada más en el thriller resulta realmente entretenida (a pesar de que la trama gay es quizás algo básica y torpe por el momento). Pero no podemos evitar tener la sensación de deja vù ante tal acumulación de series nórdicas sobre asesinatos y misterios sin resolver. Tendrá que buscar por tanto Adi Hasak, su showrunner, un elemento diferenciador si no quiere que su serie se convierte simplemente en una más. Y ese elemento diferenciador puede ser el hecho de saber desde un principio quien ha sido el causante de los asesinatos que presencian los dos jóvenes en el primer episodio. No nos encontramos aquí ante una búsqueda del culpable (lo que los americanos llaman “whodunit”) sino todo lo contrario, el culpable es quien se encarga de buscar a los que presenciaron lo que ocurrió en la cabaña para intentar que su identidad no salga a la luz.

“Eyewitness” se estrenó en USA Network este pasado domingo y llegará a España dentro de poco gracias a Calle 13 (concretamente el próximo 8 de noviembre). Pero antes, podremos ver su primer episodio en el Festival de Series que se celebrará en Madrid del 28 al 30 de octubre. Y si la serie funciona en términos comerciales y de audiencia, contaría con una segunda temporada centrada en una historia completamente distinta, perpetuando así la continuación con el recurso de las series antología que tan de moda están en los últimos años.

lunes, 17 de octubre de 2016

El peligro de jugar con el tiempo

Desde hace poco más de un mes hemos ido conociendo los estrenos que tanto las networks como las cadenas de cable llevaban meses preparando, y si bien podemos decir que ha habido de todo, parece que podemos encontrarnos un tema recurrente que está formando parte de las tramas de un buen puñado de series (incluso de algunas que están por venir), y ese tema no es otro que la importancia del tiempo (generalmente el tiempo pasado) en nuestras vidas y en la de la gente que nos rodea. No es un tema nuevo, por supuesto; hace pocos meses vimos como James Franco viajaba en el tiempo en la miniserie “11.22.63” para intentar evitar el asesinato de J.F. Kennedy, o series como "Legends of Tomorrow" que acaba de regresar con su segunda temporada y cuyos protagonistas viajan en el tiempo para salvar a la humanidad; pero sí que se han juntado estas semanas un buen puñado de series que le sacan el mayor partido posible.


En algunos casos, como el de “Timeless” nos encontramos ante un grupo de personas que consiguen, al igual que hizo James Franco viajar al pasado. El objetivo de Lucy, Wyatt y Rufus, que hasta ahora llevaban una vida de lo más monótona, es atrapar a Garcia Flynn, que ha conseguido robar una máquina del tiempo que le permite viajar al pasado y alterarlo para salirse con la suya y cumplir así un plan que tanto los tres protagonistas como nosotros los espectadores desconocemos por ahora.

Dejando de lado que “Timeless” es una copia descarada de nuestro “El Ministerio del Tiempo”, lo que ha dado a la serie una popularidad en nuestro país que realmente no se merece, los tres protagonistas tienen que viajar en cada episodio a una etapa distinta de la historia de los Estados Unidos con la intención de mantener el pasado tal y como lo conocemos. Al menos en la medida de lo posible, ya que como vemos en el primer episodio, cualquier modificación en nuestra historia puede provocar cambios como los que sufre la propia Lucy, que ve cómo la salud de su madre cambia radicalmente tras una mínima modificación de nuestro pasado.


En otros casos, no se trata de viajes en el tiempo, sino de viajes a diferentes dimensiones, como es el caso de los nuevos episodios de “The Flash”. Y es que ya pudimos ver en la segunda temporada que Barry podía alcanzar tal velocidad que esta le permitía transportarse a realidades alternativas. Y en esta tercera temporada nos encontramos con un Barry que tiene ante sí la posibilidad de viajar a una realidad alternativa (que posteriormente denominan Flashpoint) en la que poder disfrutar de su madre ya que esta no ha sido asesinada.

Eso tiene sus problemas, ya que cuando el destino al final siempre acaba encontrando su camino y cuando este por fin alcanza a Barry las consecuencias no sólo para él sino para el resto de sus compañeros y amigos pueden ser devastadoras. Hay que tener en cuenta que su relación con Iris atraviesa su momento más importante en lo que llevamos de serie y que además Cisco está pasando por una mala etapa, por lo que cualquier alteración en alguna de las realidades alternativas puede afectar al presente tal y como lo llevamos viendo hasta ahora.


Por si fuera poco, tenemos otra serie más que juega también con la importancia del pasado para mantener la estabilidad del presente tal y como lo conocemos. Se trata del último estreno de The CW, “Frequency”, que siguiendo otra de las modas de la temporada, adapta la película que en el 2000 protagonizaron Dennis Quaid y Jim Caviezel. Aquí conocemos a Raimy Sullivan (interpretada por Peyton List, a la que hemos visto en “Mad Men”) que gracias a una antigua radio que encuentra en el trastero, logra comunicarse con su padre Frank (Riley Smith, el Markus Keen de “Nashville") que lleva fallecido un par de décadas.

Peyton empezará a conocer entonces aspectos que desconocía de su progenitor ya que cuando este falleció ella era tan solo una cría, y no sólo eso sino que además empezarán a trabajar juntos para intentar hallar al culpable de un asesinato que quedó sin resolver décadas atrás. Pero deberán tener cuidado ya que poco a poco irán descubriendo la importancia de no alterar demasiado el pasado en el que se halla Frank para que Raimy no sufra las consecuencias en el presente.


No acaba aquí la cosa, y es que aún quedan por delante otros dos estrenos cuya trama también está centrada en los viajes en el tiempo y que prometen también jugar con la importancia del pasado en nuestras vidas y de mantener este tal como lo recordamos. Una de ellas es “Time After Time” protagonizada por Freddie Stroma y Josh Bowman y que lleva al escritor H.G. Wells al Manhattan de hoy en día. La otra, “Making History”, que cuenta con Adam Pally, Leighton Meester y Yassir Lester como protagonistas y que en clave de comedia, nos acerca a un profesor de ciencias que crea un aparato que permite cambiar el curso del pasado para así mejorar el presente.

viernes, 14 de octubre de 2016

"TRANSPARENT": ¿Y ahora, adónde vamos?

“Transparent”, una de las series más alabadas de la televisión actual y flamante ganadora del EMMY a la mejor dirección y al mejor actor protagonista, estrenó su tercera temporada el pasado 23 de septiembre. Diez episodios que parecen haber abandonado definitivamente el terreno de la comedia (término con el que la serie de Amazon Studios realmente nunca se ha podido identificar al 100%) para ahondar de una manera más dramática y más melancólica que nunca en la personalidad de cada uno de sus personajes. Una familia Pfefferman en la que cada uno de sus miembros está viviendo un viaje personal y vital tan importante como el que está llevando a cabo su protagonista Maura.


(Atención: Spoilers everywhere)

Este personaje y su continua evolución han sido uno de los ejes fundamentales de la temporada. Una Maura que no deja de crecer y que en cada temporada se va marcando nuevas metas y nuevos objetivos. Objetivos que al igual que nos ocurre a nosotros en cualquier momento de nuestras vidas, unas veces se alcanzan y otras veces no. Y es que el duro revés que sufre al conocer que no va a poder llevar a cabo su operación de reasignación de sexo hace que se abran las puertas a un personaje completamente nuevo de cara a la cuarta tanda de episodios. El tándem con la que durante casi toda la temporada ha sido su pareja, Vicki (maravillosa como siempre Anjelica Houston, una de mis actrices favoritas ever) ha sido magnífico a pesar de que me ha sabido a poco. 

No puedo evitar tener la sensación de que la participación de la oscarizada actriz ha estado algo desaprovechada y que la relación que mantiene con Maura podía haberse llevado mucho más allá no sólo por la maravillosa química entre los dos intérpretes sino porque su especial relación podía haber sido explotada con mucha mayor profundidad. Y eso me lleva a afirmar que la trama de la evolución personal y física de Maura, que se antojaba protagonista al inicio de la serie, cada vez va estando más eclipsada por el resto de miembros de la particular familia Pfefferman. No quiero decir con esto que el resto de tramas no me gusten, sino que simplemente creo que esta es cada vez en menor medida, la serie de Maura y cada vez más la serie sobre una familia disfuncional en búsqueda de su propio lugar en el mundo.


Eso tiene su parte positiva, por supuesto, y es que estos diez episodios nos han servido para conocer aspectos que hasta ahora desconocíamos acerca de Josh. El suicidio de Rita despierta en él una serie de reacciones y sentimientos que nos confirman al personaje como mucho más frágil de lo que pensábamos al inicio de la serie. Su particular road trip con Shea (una guapísima Tracy Lysette) y su posterior encuentro/desencuentro con su hijo Colton han supuesto un duro golpe para un personaje que siempre ha tratado de maquillar sus debilidades detrás de su supuesto éxito profesional en el mundo de la música y que por fin tiene que hacer frente cara a cara a sus más temidos demonios.

Y si Josh ha tenido en esta temporada un buen puñado de momentos estelares, algo similar ha ocurrido con la matriarca de la familia, Shelly, que empezó la temporada con una vida aparentemente asentada y volcándose con todas sus ganas en algo tan trivial como las redes sociales (consiguiendo más followers en un episodio que yo en dos años), la ha terminado en el escenario de la sala de fiestas de un crucero rompiéndonos el corazón a todos los espectadores a ritmo de “Hand in my Pocket” de Alanis Morissette. Entre medias, una ruptura sentimental y la sensación de que, con la nueva identidad del que hasta hace poco había sido su marido, su lugar como matriarca de los Pfefferman puede pasar a un segundo plano.


No puedo negar que esta tercera temporada algún momento que particularmente me ha chirriado. Y es que me ha parecido abusivo el uso de la religión que se ha hecho, especialmente en los episodios centrales de la temporada. Cierto es que el personaje de Sarah necesitaba aferrarse a la religión como si fuese su única tabla de salvación tras arrojar por la borda cualquier atisbo de estabilidad sentimental (y psicológica), pero en algunos momentos no pude evitar sentirme abrumado con tanta referencia religiosa (francamente, el escarceo de Josh con el cristianismo me ha parecido una absurdez). 

Afortunadamente, la serie cuenta con un buen puñado de momentos, incluso episodios completos que son sencillamente sublimes y que compensan con creces las partes que menos atractivas me resultaron de la temporada (bajo mi punto de vista, por supuesto): ese primer episodio en el que Maura busca constantemente a una joven llamada Elizah; ese octavo capítulo que explora de una manera sublime la infancia de Maura; o el ya mencionado road trip de Josh y Shea son los que hacen que la serie juegue merecidamente en las grandes ligas de la televisión actual. Y además, puedo decir que desde ya son dos de mis momentos seriéfilos favoritos del 2016.

miércoles, 12 de octubre de 2016

"NO TOMORROW": el amor y el apocalipsis según The CW

Aquellos que lleven ya cierto tiempo siguiendo este blog sabrán que el canal The CW es una de mis debilidades seriéfilas y que por muy mala pinta que tenga alguno de sus estrenos, siempre voy a darle al menos una oportunidad ya que generalmente suelo encontrar algo que me atraiga de cada una de sus novedades. Me pasó con “The 100” cuando pasó de ser una serie juvenil más a uno de los mejores proyectos de ciencia ficción de la actualidad. Y también cuando hace tres años, simplemente tras la emisión de su primer trailer,  todo el mundo calificó “Jane the Virgin” como el que sería el peor estreno de la temporada y casi de la década y después resultó ser una de las novedades más refrescantes no sólo del canal sino de las networks en general.


Por eso el estreno de “No Tomorrow” (y en menor medida también de “Frequency", la otra apuesta del canal para la nueva temporada) estaba marcado en mi calendario seriéfilo como una de las fechas clave de la temporada. La fecha llegó la semana pasada y tras la emisión del primer episodio puede decir que The CW lo ha vuelto a hacer. Me la ha vuelto a colar. Y si bien “No Tomorrow” no es ni de lejos lo mejor del canal, tiene algo en sus protagonistas o en su historia que hace que de momento siga en mi lista de visionado obligatoria semanal.

“No tomorrow” gira alrededor del personaje de Evie Covington (Tori Anderson, vista en papeles episódicos en “Backstrom”, “Reign” o “Warehouse 13” y que aquí afronta su primer gran protagonista). Lleva una vida de dedicación absoluta a su trabajo como encargada en uno de los almacenes de distribución de Amazon hasta que un día, en un mercado local conoce a Xavier Holliday, el chico perfecto (Joshua Sasse, el de “Galavant” y futuro marido de Kylie Minogue). Xavier es todo lo que ella siempre había soñado: guapo, inteligente, con un punto bohemio y una sonrisa perfecta. Pero tiene un problema y es que según sus cálculos y teorías, el fin del mundo llegará en ocho meses y 12 días cuando un asteroide gigante destruya nuestro planeta.


Por eso, Xavier ha tomado la decisión de vivir el día a día sin preocuparse de tener un trabajo estable, de pagar las facturas o mantener cuidado el jardín. Sólo piensa en disfrutar de esos poco más de ocho meses que nos quedan de vida y de ir tachando de la lista todos esos sueños que le quedan por cumplir. A partir de ahí, Evie empieza a replantearse su vida tal y como hasta ahora lo había hecho empezando por la relación intermitente que mantiene con el que hasta ahora era su novio-exnovio-otraveznovio Tim (Jesse Rath, “Code Black”, “Dead like Me”), que es un chico que siente absoluta devoción por Evie, pero que es tan soso que nadie puede oír lo que dice. Literalmente.

Pero, ¿es cierto que tal y como dice Xavier el fin del mundo está más cerca de lo que creemos? ¿o lo que dice es completamente imposible? ¿es Xavier un bohemio encantador o por el contrario es un pirado existencialista? ¿será capaz Evie de ser lo suficientemente objetiva con Xavier como para distinguir si lo que dice es cierto o no? Eso es algo que Evie, y nosotros con ella, tendrá que ir descubriendo en cada episodio mientras, por si acaso, intenta cumplir todo lo que le quedaba en su lista de “cosas que hacer antes de morir”. De momento, la de cantar en público ya la puede tachar.


A pesar de lo que pueda parecer a simple vista, teniendo en cuenta su argumento inicial, la verdad es que el gran acierto de “No Tomorrow” es la perfecta combinación entre comedia romántica y serie apocalíptica y no sólo eso sino que, al menos en su primer episodio, tiene muy buen ritmo. La presentación de los personajes es magnífica y en pocos minutos ya conocemos perfectamente el carácter de sus protagonistas. Esto viene a demostrar que a The CW se le da de maravilla (al contrario que sus networks rivales) las comedias de 40 minutos, algo que ya han demostrado con “Jane the Virgin” o “Crazy Ex-Girlfriend”. Y además comparte con estas dos el hecho de tener a mujeres como eje argumental central, algo que ya sabemos todos que no suele ser muy habitual. Lista a la que podemos sumar también "Supergirl" tras su llegada al canal.

Siendo conscientes que de por sí, las audiencias de cualquier serie de The CW suelen ser bastante inferiores a las de sus cuatro networks rivales, pero lo cierto es que en la semana de su estreno “No Tomorrow” no ha tenido demasiada suerte, juntando poco más de un millón y medio de espectadores y un 0.5 en los demográficos. Y eso que se emite después de la serie estrella del canal, “The Flash”. Ojalá la audiencia de la oportunidad que la serie se merece, ya que al menos, nos ofrece algo que cada vez está más olvidado tanto en cine como en televisión, la comedia romántica.


lunes, 10 de octubre de 2016

Lo nuevo de Sarah Jessica Parker: "DIVORCE"

Así es como nos vende la HBO su nueva serie. No necesita darnos más información, solo con decirnos que está protagonizada por Sarah Jessica Parker, además obviamente de su significativo título, ya se nos da la información suficiente para que nos acerquemos a echarle un vistazo. Y así he hecho yo, que después de ver el primer episodio que se estrenó anoche en la ya mencionada HBO, os cuento aquí mis primeras impresiones. Impresiones que por cierto contienen spoilers, aunque teniendo en cuenta que es sólo el primer episodio y que la serie se llama “Divorce”, no creo que esté destripando mucho argumento, ¿no?


“Divorce” nos presenta al matrimonio formado por Frances (Sarah Jessica Parker, SJP o SarahJessi para los amigos) y Robert (Thomas Haden Church, el de “Entre Copas”). Un matrimonio con sus altibajos que parece estar viviendo ahora una etapa rutinaria en la que a cada uno le molesta todo lo que hace el otro. Juntos acuden a la fiesta de celebración del 50 cumpleaños de su amiga Diane (Molly Shannon, vista en “Enlightened”) sin saber que la fiesta va a terminar mucho peor de lo que habían imaginado. Tras vivir una situación “cercana a la muerte”, especialmente para el pobre Robert, Frances sufre una revelación que la hace tomar una de las decisiones más importantes de su vida, pedirle el divorcio a su marido.

Poco después descubrimos que la propia Frances lleva tiempo manteniendo un affaire con Julian, que dice quererla mucho pero que no reacciona demasiado bien a la noticia de que Frances ha pedido el divorcio a su marido con la intención de darse una segunda oportunidad en el terreno amoroso. Esta empieza entonces a plantearse si reconducir su vida y empezar de nuevo en el aspecto sentimental va a resultar tan fácil como inicialmente tenía pensado o no. Mientras tanto, Robert intentará lidiar como puede con el hecho de que su mujer está dispuesta a intentar rehacer su vida intentando sin éxito mantener una conversación con ella acerca del punto en el que se encuentran y de si merece la pena o no intentar arreglar lo que tanto trabajo les había costado construir.


SJP no ha parado de afirmar en cada entrevista promocional que nada tiene que ver “Divorce” con “Sexo en Nueva York” ni tampoco su Frances con la Carrie Bradshaw que tantas pasiones (y muchos más odios) levantó hace más de una década. Y si bien la actriz hace creíble en todo momento las dudas de su personaje, la verdad es que la sombra de Carrie es demasiado alargada como para que un sólo episodio de poco más de treinta minutos nos haga olvidar a la columnista y escritora que tanto se empeña en enterrar. Va a costar mucho que borremos esa imagen de la cabeza pero parece que SJP va por el buen camino eligiendo personajes mucho más complejos, más maduros y más interesantes que los que ha interpretado en cine en los últimos años.

 Y lo cierto también es que se nota muchísimo, además, la mano de Sharon Horgan tanto en el estilo como en los guiones, especialmente en la parte cómica. La británica, de la que ya nos enamoramos con su trabajo tanto delante como detrás de las cámaras en la estupenda “Catastrophe” y que es guionista y creadora de “Divorce” impregna aquí cada escena y cada diálogo de esa facilidad suya para soltar ironías y pullas entre los protagonistas de una manera que descoloca al espectador. En ocasiones parece que es ella misma la que está frente a la cámara.


Quizás mi mayor problema con este primer episodio de “Divorce” es que me ha costado empatizar con los personajes. A pesar de que el tema está francamente más de moda en Hollywood que nunca tras sonadas rupturas como las de Brad Pitt y Angelina Jolie o Liev Schreiver y Naomi Watts, hay que tener en cuenta que la historia, pan nuestro de cada día de muchísimos matrimonios, me resulta a mí rematadamente ajena. La dificultad para entrar en la dinámica en mi caso se ha visto dificultada además por una frialdad cimentada a base de ironía que en ocasiones me ha parecido algo impostada. Una ironía que a veces resulta incómoda ya que al fin y al cabo, la situación que están viviendo Frances y Robert es mucho más complicada y seria que la que vivían por ejemplo Sharon y Rob en la ya mencionada “Catastrophe”. Pero no podemos sino agradecerles que traten de contarnos una ruptura de una manera distinta a lo que estábamos acostumbrados, mucho más cínica y más cómica.

“Quiero salvar mi vida mientras aún me importe” grita Frances en uno de los cara a cara con su marido en este primer episodio. Pues yo francamente, espero, querida Frances, que consigas hacer que tu vida nos importe a mí y al resto de los espectadores. Tienes otros 9 episodios para internarlo. Mientras tanto yo sigo soñando con un regreso de las cuatro chicas de “Sexo en Nueva York”. Por cierto, yo siempre fui #TeamCarrie.

¿Se sentirá identificada Angelina con el papel que aquí interpreta su amiga SarahJessi?


viernes, 7 de octubre de 2016

Un nuevo destino, una nueva amenaza: "FEAR THE WALKING DEAD"

Este pasado domingo, “Fear The Walking Dead” terminó la segunda tanda de episodios que conformaba su segunda temporada con un episodio doble que no ha dejado a nadie indiferente. Con una renovación para una tercera temporada ya confirmada, el grupo de protagonistas se tuvo que enfrentar a una de sus pérdidas más dolorosas antes de emprender un nuevo camino con destino desconocido. Si quieres saber lo que pasó, continúa leyendo.


A partir de aquí, spoilers a cascoporro del final de temporada de “Fear The Walking Dead”.

Habíamos dejado el capítulo anterior en el momento más duro para los habitantes de la Colonia en la que se encuentra Nick, y es que tras ser descubierta su ubicación, la continuidad allí es inviable y pese a que en un primer momento deciden quedarse y luchar por el lugar, la superioridad en número de los que quieren hacerse con tal excepcional ubicación les obliga a tomar la decisión apresurada de abandonar. Pero antes de irse Nick y Alejandro, a sabiendas que a este último le quedan pocas horas de vida tras ser mordido por un zombie, trazan un plan para convertir el lugar en una ratonera. Si la Colonia no es para ellos, no será para nadie.

A pocos kilómetros de allí, los que al final del capítulo anterior se habían convertido en los nuevos compañeros de viaje de Chris, llegan malheridos al hotel donde se encuentra Madison, Victor, Travis y Alicia. Tras ser atendidos médicamente por Madison, que no tarda en darse cuenta de quienes son, estos le cuentan que han sufrido un accidente en el que Chris ha perdido la vida. Decidida a que Travis no conozca esta información intenta sacarlos del hotel sin que los vea. No lo consigue, y después de confesar que Chris no murió en el accidente sino tras un disparo que estos le propinaron, su padre Travis monta en cólera y los mata a hostias. Literalmente. Y de paso también a Oscar, “uno de los buenos” que intentaba mediar en la situación. 


Esto provoca que Madison, Alicia y Travis tengan que abandonar rápidamente el hotel mientras que Victor, el que hasta ahora había sido compañero de viaje de madre e hija, toma la decisión de quedarse, aunque su vida corra peligro. Emprenden entonces un nuevo viaje con destino aún por determinar hasta que la casualidad hacen que Madison descubra que su hijo Nick se encuentra en una colonia cercana. Llegan tarde, obviamente, y allí solo encuentran un numeroso grupo de zombies y a un moribundo Alejandro que antes de morir confiesa que el grupo se dirige al norte, hacia la frontera. Frontera a la cual no parece que vayan a llegar ya que poco después de emprender el camino, y tras avistar lo que parecía ser un campo de refugiados, los antiguos habitantes de la colonia empiezan a recibir disparos sin saber muy bien la procedencia.

¡AH! Y se me olvidaba el personaje de Ofelia, que francamente, tampoco es que tras haber abandonado el hotel haya dado mucha trama. Simplemente, vaga sin rumbo determinado por una zona desértica hasta que unos disparos y la aparición de un desconocido (que seguro que dará mucho juego en la tercera temporada) detiene sus pasos. Ya está.


Resulta cuanto menos curioso que una serie que se vendía en un inicio como una versión de su hermana mayor “The Walking Dead” centrada en los estragos del apocalipsis zombie en la unidad familiar, funcione mejor cuanto menos relación entre sí tengan sus miembros. Y es que sí, esta segunda mitad de temporada, que ha coincidido con el momento en que los caminos de la familia protagonistas se separan con múltiples destinos, ha sido lo mejor que hemos visto de la serie desde su inicio en el verano de 2015. Hemos tenido la oportunidad de ver cómo cada uno de ellos afronta de una forma muy distinta la situación vital con la que les ha tocado lidiar. Incluso hemos llegado a dejar de odiar (casi del todo) al personaje de Nick, cosa que al principio de la temporada se hacía harto imposible. 

El peor parado fue Chris, cuya evolución de niño molesto a “el personaje más odioso de la serie” provocó una más que merecida salida de la serie.Tampoco se libra el personaje de Madison que no toma una decisión acertada ni aunque se la apunten en un papelito y cuya cara de estar siempre oliendo mierda ha ido en continua evolución a lo largo de los episodios. En cambio, hemos podido ver en Alicia algunos destellos que la descubren como el mejor personaje sin duda de la serie. Una evolución muy cuidada puede convertirla en la auténtica heroína protagonista en la tercera temporada (y puede hacernos revivir ese personajazo llamado Lexa que interpretó en “The 100”).


Como ya decía al inicio del post, la serie volverá el año que viene con una tercera temporada que ojalá mantenga el nivel de lo vivido en esta segunda parte de la segunda temporada. Mucho más inminente es el regreso de su hermana mayor, que vuelve a darnos el coñazo con el dichoso Negan y su bate el 23 de este mes. Paciencia, que dios nos de paciencia.

jueves, 6 de octubre de 2016

Lo nuevo del buen HBO: "WESTWORLD"

“El mejor estreno de lo que llevamos de temporada”. Así es como muchos medios se han atrevido a bautizar lo nuevo de HBO, “Westworld”, una especie de cruce entre ciencia ficción y western clásico que este domingo llegó a las pantallas norteamericanas. Por ello, no me ha quedado más remedio que echarle un vistazo cuanto antes a su primer episodio para contaros aquí los detalles y pormenores de una serie que apunta a trending topic seriéfilo, para bien o para mal (ya os digo yo que, de momento, para bien).


“Westworld” se desarrolla en un futuro no muy lejano en el que los humanos han sido capaces de crear un parque de atracciones para multimillonarios que recrea hasta el más mínimo detalle la vida en el lejano oeste. Dicho parque está plagado de robots que viven sin saberlo en una especie de día de la marmota y que son los encargados de hacer que los visitantes sientan que verdaderamente se encuentran en el oeste ejerciendo de prostitutas, bandoleros o sheriffs. Unos robots tan reales que parecen de carne y hueso y que desarrollan una narrativa distinta según el tipo de visitante ante el que se encuentren. Vemos por lo tanto dos “historias” (si es que podemos llamarlo así) diferentes, por un lado la vida real en el futuro con el dueño, los empleados, técnicos, informáticos y el resto del personal encargado de sacar adelante el parque temático y por otro la recreación del parque temático en sí mismo, con sus “huéspedes” y sus visitantes.

El problema surge cuando una actualización del sistema operativo de los robots que habitan el parque llevada a cabo por su dueño (Anthony Hopkins), empieza a dar sus problemas provocando que los robots tomen conciencia propia y comiencen a causar problemas con los humanos que están visitando el parque. Vamos conociendo así como personajes como Dolores, una de las robots (interpretada por Evan Rachel Wood) que cada día se reencuentra con su amor Teddy (James Marsden) y cuyo padre empieza a sospechar algo de su verdadera naturaleza mientras el equipo técnico, encabezado por el informático Bernard (Jeffrey Wright) intenta dar marcha atrás en la actualización antes de que sea demasiado tarde. Todo ello mientras uno de los nuevos huéspedes del parque, un pistolero al más puro estilo Clint Eastwood e interpretado por Ed Harris empieza a torturar y asesinar a todos los anfitriones que se va encontrando por el camino.


En “Westworld” todo son nombres conocidos y prometedores. Si delante de las cámaras nos encontramos un reparto lleno de caras conocidas como Anthony Hopkins, Ed Harris, Evan Rachel Wood, James Marsden, Thandie Newton, Luke Hemsworth o Rodrigo Santoro, detrás, los nombres también son más que destacables. Por un lado está basada en la película de 1973 escrita y dirigida por Michael Crichton (mente detrás de la saga “Parque Jurásico” y la serie “Urgencias”) y está desarrollada por Jonathan Nolan (co-guionista de muchas de las películas de su hermano Christopher) y su esposa, la también guionista y productora Lisa Joy. Y por si fuera poco cuenta en la producción con J.J. Abrams, el encargado de los reboots de “Star Trek” primero y “Star Wars” después.

Lo cierto es que “Westworld” tenía las de perder. Y es que el hecho de ser bautizada como la nueva “Juego de Tronos” incluso antes de su nacimiento era algo que podía jugar muy en contra dado el altísimo nivel popular de esta. HBO lleva, además, mucho tiempo buscando un proyecto que pueda suceder la serie basada en las novelas de George R.R. Martin a nivel mediático y de audiencias. Y por si fuera poco, a eso tenemos que sumar los problemas de producción y de desarrollo de guiones que tuvo la serie y que ocasionaron múltiples retrasos en su llegada a la pequeña pantalla. Pero lo cierto es que el resultado no denota ningún problema de los antes mencionados ya que nos encontramos, sin duda, ante el mejor primer episodio de lo que llevamos de temporada. Decir que la serie tiene un diseño de producción impecable es quedarse corto, ya que todo en “Westworld” es pura virguería, desde los planos de ese lejano oeste ficticio, al vestuario, pasando por el acertadísimo reparto o una cabecera que se encuentra desde ya en la lista de las mejores de la historia de la televisión.


A pesar de los mencionados problemas de producción que tuvo la serie, parece que la gente tenía ganas de ver el resultado, ya que “Westworld” se ha convertido en el mejor estreno de la HBO desde el primer episodio de “True Detective” allá por enero de 2014 con más de 3.300.000 espectadores, lo que supone el primer espaldarazo que tanto estaba buscando la cadena. Algo de lo que personalmente me alegro ya que la serie tiene potencial y material para desarrollarse sin tener que tener encima la afilada espada de la audiencia pendiendo sobre su cuello. Y francamente, también me hace especial ilusión que por fin Evan Rachel Wood tenga un proyecto como protagonista a la altura de su talento, algo que llevaba mucho tiempo mereciéndose. El must see de la temporada.


miércoles, 5 de octubre de 2016

"SPEECHLESS": ¿Una familia disfuncional más?

Hace un par de semanas llegaba a la ABC una de las comedias más esperadas de la temporada, “Speechless” con Minnie Driver a la cabeza y dispuesta a hacerse un hueco entre los estrenos del otoño. De momento cuenta ya con el favor tanto de la crítica como del público así que os voy a contar por qué debéis darle una oportunidad.


“Speechless” nos cuenta la historia de la familia DiMeo formada por Maya y Jimmy y sus tres hijos JJ, Ray y Dylan. Podría decirse que son de todo menos una familia normal, y no por la discapacidad del mayor de sus hijos que hace que la familia tenga que mudarse cada poco tiempo buscando nuevas oportunidades para tratar su enfermedad, sino por que sus caracteres y peculiares personalidades hacen de ellos unos auténticos bichos raros (en el segundo episodio, el patriarca afirma orgulloso que ha formado una familia de idiotas). Ahora acaban de mudarse a la casa más barata de todo Orange County con la intención de que el hijo acuda al instituto en el cual va a poder contar con un asistente para que le ayude en las clases y tareas escolares.

A lo largo de estos primeros episodios vamos viendo como cada uno de ellos va estableciendo contacto con la nueva comunidad. Maya, la madre se enfrenta a todo el instituto con tal de que su hijo consiga el mejor auxiliar posible que resultó no ser otro que Kenneth, el que hasta el momento era el jardinero del instituto, el hijo pequeño Ray sufre un flechazo con una compañera de clase y el padre Jimmy y la hija pequeña Dylan tienen su primer enfrentamiento con un vecino por el estado en el que se encuentra su casa y su jardín, poco digno del barrio al que se acaban de mudar.


La cara más reconocible del reparto es la de Minnie Driver, actriz de amplio recorrido cinematográfico a la que hemos visto en “El Indomable Will Hounting” y más recientemente en teelvisión en “About a Boy”. Su marido Jimmy está interpretado por John Ross Bowie al que hemos visto episódicamente en “The Big Bang Theory” haciendo de Barry Kripke. Y los tres hijos están interpretados por Micah Fowler (“Labor Day”), Mason Cook (“Spy Kids” y “El Llanero Solitario”) y Kyla Kenedy (que interpretó a Mika Samuels en “The Walking Dead”).

La tarea más complicada de “Speechless” quizás sea hacerse un hueco en el alto número de comedias familiares. Tenemos familias televisivas de todo tipo: la líder de “Modern Family”, la afroamericana de “Black-ish”, la asiática de “Fresh off the Boat”, la católico-irlandesa de “The Real O´Neals”, la disfuncional de “The Middle”, la ochentera de “The Goldbergs” y muchas más (estaría bien hacer un post con un ranking de mis comedias familiares favoritas). Por lo que “Speechless” tiene que encontrar rápido un tono diferenciador para no ser simplemente una más. 

Quizás le ayude a conseguirlo el haber contado con un actor con discapacidad para interpretar un personaje con discapacidad. Algo que parece una obviedad pero que muy raramente es así. Eso ayuda a transmitir el mensaje de visibilidad que pretende hacernos llegar la ABC (recordemos que “Modern Family” fue noticia esta pasada semana por contar por primera vez en televisión con el personaje de un niño transexual). Y también es un acierto que si bien gran parte de la trama está ocupada por la discapacidad de este y su adaptación al nuevo instituto, también tiene las preocupaciones de cualquier adolescente: las clases y las chicas.


Lo cierto es que tenía pensado hablar de “Speechless” tras su primer episodio, pero la verdad es que decidí esperar a ver el segundo porque el primero me dejó algo frío. Quizás porque la crítica ya la había bautizado como la comedia de la temporada (lo que hizo que mis expectativas volasen por los aires) o porque me pilló en un mal día, pero lo cierto es que no ha sido hasta este segundo episodio cuando he visto lo que esperaba ver. También es cierto que el primer episodio estaba demasiado centrado en esa figura de la madre interpretada por Minnie Driver, algo que hizo que el resto de personajes no pudiesen brillar como se merecían. Algo que parece equilibrarse a partir del segundo capítulo.

En términos de audiencia, “Speechless” está funcionando bastante bien. En su primera semana marcó más de siete millones de espectadores, ayudada eso sí por el resto de comedias de los miércoles de la ABC con una “Modern Family” a la cabeza y que no muestra síntomas de agotamiento. Como siempre se dice de las comedias, se necesitan varios capítulos para que estas se asienten y encuentren su verdadero mensaje, pero parece que “Speechless” va a tener tiempo de sobra, ya que de momento, ha conseguido la temporada completa de 22 episodios. 

¡AH! Y por cierto, el primer episodio arranca con el “9 to 5” de Dolly Parton. Yo no necesito más excusas para verla, francamente.