viernes, 27 de abril de 2018

"VIS A VIS": la resurrección más esperada (y no hablamos de Zulema)

Cuando se empezó a rumorear que FOX había llegado a un acuerdo con Antena 3 para dar continuación a “Vis a Vis”, no presté mucha atención a la rumorología. Al fin y al cabo, es mejor no hacerse ilusiones para evitar que el chasco sea más gordo. Pero no me las hice ni siquiera cuando se confirmó oficialmente la renovación, por lo que el estreno del primer episodio de esta tercera temporada ha sido como si el tiempo no hubiese pasado desde el final de la segunda y el reencuentro con las protagonistas me ha resultado tan placentero como cada uno de los episodios anteriores.


Pensábamos que nunca íbamos a saber si Zulema sobrevivía a coma en el que había quedado sumida tras el final de la segunda temporada. Creíamos que no íbamos a poder ver como Anabel tramaba su venganza tras perder todo el dinero que había acumulado con sus trapicheos en prisión. No contábamos con ver cómo se desarrollaba el embarazo de Saray y tampoco con ver cómo Macarena intentaba recuperarse tras perder a gran parte de su familia. Pero una vez más, “Vis a Vis” ha vuelto a demostrarnos que nos equivocábamos y casi dos años después del que era el final definitivo, hemos podido ver la continuación de todas estas historias (y alguna que otra nueva).


La historia continúa poco después de donde la habíamos dejado. Algunas de las presas de Cruz del Sur han de ser trasladadas a la cárcel de Cruz del Norte debido a la masificación de la primera. Entre ellas están todas las que conocíamos (o casi todas ya que Zulema se encuentra recuperándose aún de las secuelas del coma): Macarena (Maggie Civantos), Sole (Maria Isabel Diaz), Saray (Alba Flores), Rizos (Berta Vázquez), Antonia (Laura Baena), Anabel (Inma Cuevas) y Tere (Marta Aledo). Pero también alguna nueva, como Mercedes (interpretada por la nominada al Goya Ruth Díaz), una política con varios casos de corrupción y tráfico de influencias a sus espaldas.


Con la llegada a la nueva prisión tendrán que enfrentarse no sólo a un grupo de funcionarios con muy mala hostia, sino también a las presas que ya se encuentran desde hace tiempo en esa cárcel que tienen su propio ecosistema montado y al que tendrán que adaptarse las recién llegadas. Entre ellas un grupo de chinas lideradas por una tal Akame (Huichi Chiu) que hace que Zulema parezca el corderito de Mimosín, además de la imponente presencia de Goya (interpretada por la también nominada al Goya Itziar Castro), una presa con mucha influencia y muy pocas ganas de aceptar de buen agrado a las nuevas. 

Y siguiendo el reguero de sangre al que ya nos tiene acostumbrados “Vis a Vis”, la muerte sigue jugando un papel protagonista en estos nuevos episodios y el Inspector Castillo (Jesús Castejón), al que tanto hemos visto sufrir en las dos anteriores temporadas, tendrá que volver a poner sus cada vez más magullados pies en prisión para investigar la muerte de un personaje del que es mejor no comentar nada más allá de que parece que conformará la trama de investigación de la temporada (por no hacer spoilers, ya sabéis). Y que no sé por qué me da que no va a ser la única baja por defunción de estos nuevos episodios.


Este regreso ha contado con todos los elementos que nos habían hecho considerar “Vis a Vis” como una de las mejores series de nuestro país. Un guión desarrollado con mucho mimo (y mucha sangre fría), una dirección potente y un ritmo que no da tregua. La atmósfera sigue siendo igual de tensa aunque hayamos cambiado de cárcel y las rivalidades entre las presas, así como la opresión por parte del nuevo equipo de guardias siguen resultando igual de interesantes que antaño. Además, no sólo resulta placentero ver como van evolucionando las personalidades de los personajes que ya conocemos (el viaje de Macarena es maravilloso), sino también el conocer nuevas presas cuya presencia puede dinamitar las dinámicas que conocíamos hasta ahora. 

Con el paso a la televisión por cable hemos ganado también en otros dos aspectos, por un lado la duración de los capítulos, que no necesitan alargarse innecesariamente hasta los 70 minutos y nos dan todo lo que necesitamos en 50; y por otro la libertad que da la televisión por cable para ir más allá con esas historias y tramas en las que no se podía profundizar demasiado en una cadena generalista. Con la renovación asegurada para una cuarta temporada antes incluso del estreno de esta tercera, sólo nos queda seguir disfrutando de lo mal que lo pasan las presas de Cruz del Norte. Dios bendiga la marea amarilla. Y demos gracias a FOX por seguir desarrollando la historia de estas presas que aún tienen mucho por contar.

Algunas veces, segundas partes sí que son buenas.

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