miércoles, 27 de abril de 2016

"LA EMBAJADA": más culebrón que corrupción



Antena 3 estrenó este pasado lunes una de sus mayores bazas de la temporada. Una serie que viene de la mano de Bambú, productora que ya se encuentra detrás de éxitos contrastados como los de “Gran Hotel”, “Bajo Sospecha” o “Velvet” y que próximamente se encargará del primer proyecto español del canal de streaming NETFLIX. Esto, unido al hecho de que se nos había vendido la serie como un retrato de la corrupción política y económica de nuestra clase política (algo hasta ahora totalmente tabú) hacía que todos estuviésemos esperando el estreno con los brazos abiertos, pero también con los dientes muy afilados.

La serie da comienzo con un flash forward en el que vemos la detención de Luis (interpretado por Abel Folk), embajador de España en Tailandia por delitos de corrupción y tráfico de influencias. A partir de ahí ya volvemos a la ubicación temporal en la que parece que se desarrollará la acción: un año antes con la toma de posesión de Luis del cargo de embajador y la llegada al país de su familia, compuesta principalmente por su esposa Claudia, corresponsal en Washington (Belén Rueda), su hija Esther (Úrsula Corberó) y el novio de esta, Carlos (Chino Darín). Allí conocemos a algunos de los empleados que ya trabajaban para el anterior embajador, como Eduardo (un espléndido Raúl Arévalo con un personaje que apunta maneras de villano de la ficción), o Patricia (Melani Olivares). Pero esos son solo algunos de los personajes en un amplísimo reparto en el que también destacan Amaia Salamanca (interpretando con la ayuda de una innecesaria peluca pelirroja a la esposa de Eduardo), Maxi Iglesias, Alicia Borrachero, Megan Montaner, Carlos Bardem y David Verdaguer que encarnan a familiares, empleados de la embajada, empresarios y periodistas.


Si algo ha destacado positivamente en este primer episodio, eso ha sido la interpretación de Belén Rueda. Esta, siempre solvente, consigue aquí una interpretación soberbia y certera con un papel que si no ha estado escrito pensando en ella, poco ha debido faltar. Y ella es además la encargada de presentarnos el amplio abanico de personajes que conforman el equipo profesional y familiar de “La Embajada”. El reparto, a pesar de estar a la altura sobradamente, tiene sobre sí la losa de hacernos olvidar otros personajes que estos mismos actores han interpretado en alguna otra producción de Bambú. Así, invita más a jugar a ver quién ha trabajado con quién en tal o cual serie que a meternos de lleno en la historia. Vemos a Maxi Iglesias y Úrsula Corberó que han sido Cabano y Ruth en “Física o Química”, Alicia Borrachero y la propia Belén Rueda que coincidieron en “Periodistas”, Amaia Salamanca y Megan Montaner en “Gran Hotel”, donde también aparecieron Raúl Arévalo y Maxi Iglesias, Alicia Borrachero y Melani Olivares en “Bajo Sospecha”... Y es que de vez en cuando se agradece una apuesta por caras desconocidas como ha hecho “Vis a Vis” y que tan bien le ha funcionado.

Otro aspecto realmente destacado es el de la fotografía. Algo que no nos sorprende ya que ese es siempre uno de los puntos fuertes de la productora. En este caso se apuesta mucho por los tonos amarillos, tierras y sepias para dar a las escenas de interior un aspecto más similar y coherente con la Tailandia donde supuestamente se desarrolla la acción. Y hablando precisamente de Tailandia no puedo dejar de destacar la facilidad con la que de una escena a otra se pasa de los campos de arroz del norte, al bullicio de Bangkok o las playas del sur del país. Como si Tailandia tuviese la extensión de San Marino. Algo que para cualquier espectador puede resultar anecdótico pero que para un servidor que acaba de regresar de pasar dos meses por dicho país del sudeste asiático resulta cuanto menos divertido.


“La Embajada” no es esa serie política que mucha gente cree que la ficción española necesita. Habrá sobornos y corrupción, pero parece ser que las tramas que van a constituir el eje fundamental del argumento vas a ser las personales y sentimentales. No es la “House of Cards” ibérica. No es la “Borgen” patria. Aquellos que esperaban eso puedes ir buscando una alternativa o volviendo a ver las cuatro temporadas ya emitidas de la serie de Kevin Spacey. Y es que si algo deja bien claro el embajador interpretado por Abel Folk es que él no pertenece a ninguna afiliación ni partido político. O sea, que nada de meterse en el fango de cargar contra la izquierda provocando la ira de la derecha o viceversa. Aclarado este importante detalle, estamos ante un producto de una calidad bastante estimable y con unas posibilidades argumentales amplísimas. La ambición, los secretos, las intrigas, la infidelidad y la tentación son ingredientes suficientes como para que merezca la pena darle una oportunidad.

¿Nos cuenta algo distinto a lo que ya nos habían contado otras serie de la misma productora? No ¿Merece la pena darle una oportunidad a “La Embajada”? Totalmente.



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