lunes, 14 de enero de 2019

"HERIDAS ABIERTAS", Amy Adams y los fantasmas del pasado

La navidad ya ha acabado. Diciembre ya es parte del pasado y las listas con lo mejor del 2018 ya han quedado atrás, afortunadamente. Pero a pesar de que estas listas resultan en muchos casos algo estresantes, sí que sirven de vez en cuando para tomar nota de esas series que por uno u otro motivo (la mayor parte de las veces ese motivo es el excesivo número de series que “tenemos que ver”) hemos dejado en la cada vez más amplia lista de pendientes. En mi caso eso ha pasado con las primeras temporadas de “Pose” y “Homecoming” y la tercera de “The Good Place”, de las que espero hablar las próximas semanas, además de la miniserie de HBO “Heridas Abiertas”, que me ha dejado con la cabeza del revés.


“Heridas Abiertas” se emitió allá por julio y agosto del año pasado. Lo sé, llego un poco tarde (“lo siento mucho, he cometido un error, no volverá a ocurrir”, rey emérito style) pero por motivos laborales no he podido ponerme con ella hasta estas vacaciones navideñas. Aunque la verdad es que motivos para ver “Heridas Abiertas” no faltan. Motivo #1: está basada en una novela de gran éxito de Gillian Flynn, escritora que hace unos años estuvo nominada al Oscar a Mejor Guion Adaptado por llevar al cine su propia novela “Perdida”, protagonizada por Ben Affleck y Rosamund Pike. Motivo #2: tiene a Jean Marc Vallée detrás de las cámaras. Sí, ese que ya dirigió, entre otras muchas cosas, la sobresaliente “Big Little Lies” y la película “C.R.A.Z.Y.”, una de mis favoritas ever. Motivo #3: como protagonistas tiene a, entre otros, dos maravillosas actrices como son Amy Adams y Patricia Clarkson. 6 nominaciones al Oscar entre las dos. Casi nada.


Adams interpreta aquí a Camille Preaker, una joven insegura, alcohólica y recién salida de un centro de rehabilitación mental que trabaja como periodista en un periódico en Saint Louis y que recibe por parte de su jefe el encargo de investigar y escribir una serie de artículos sobre una desaparición y un asesinato de dos chicas jóvenes ¿Dónde? Pues en Wind Gap, el pueblo en el que nació y se crió y del que salió huyendo en cuanto pudo. Allí se va a encontrar con su madre Adora (Clarkson), una mujer manipuladora, egocéntrica, sobreprotectora y tirana. Una joyita de madre, vamos. También con su hermanastra Amma (Eliza Scanlen), a la que no conocía y con el joven detective Richard Willis (Chris Messina), que ha sido enviado a investigar la misma desaparición que ella.


Pero además de a todas esas personas tóxicas y dañinas, Camille también tendrá que hacer frente a su traumática infancia, a los abusos sexuales, a la muerte prematura de su hermana y a los fantasmas del pasado que vuelven al presente en forma de cicatrices en la piel. Toda una espiral de autodestrucción que tengo que reconocer que normalmente me echan para atrás. Y es que no suelo ser especial fan de este tipo de historias protagonizadas por personajes atormentados que viven en ambientes malsanos y enfermizos y que lo único que hacen es beber y autocompadecerse (para eso ya está la vida real). Además, el montaje repleto de flashbacks y la música en ocasiones demasiado invasiva tampoco ayudan. Pero claro, Amy Adams es mucha Amy Adams y ahí estaba yo poniendo lo mejor de mi parte.

Y llega un momento en el que algo hace click en tu cabeza y ya no hay vuelta atrás. Sin darte cuenta, poco a poco, escena a escena, capítulo a capítulo, “Heridas Abiertas” te va ganando. Vaya si lo va haciendo. Esa atmósfera absorbente te va asfixiando, y no únicamente por el calor que pasan sus protagonistas, ni siquiera por esa necesidad de saber quién se esconde detrás de los asesinatos de esas dos jóvenes. Y es que eso mismo que antes describía como mi principal reticencia a la hora de ponerme con ella se convirtió en mi mayor aliciente y cada noche, al terminar de ver un capítulo, iba ganado en mí la sensación de que estaba viendo algo que me tenía perturbado y fascinado a partes iguales.  


Lo que está claro tras un final que te deja con los ojos como platos y la mente atando cabos, es que HBO va por el buen camino, ya que si siempre se caracterizó por ser un poco machirula ha visto como dos de sus grandes obras de los últimos años (la ya mencionada “Big Little Lies” en 2017 y “Heridas Abiertas” en 2018) están relatadas en clave femenina y con alguno de los mejores personajes escritos para mujeres en toda la historia de la televisión. Ojalá sigan por ese camino y puestos a soñar, ojalá Camille Parker se trasladase a Monterey a escribir un artículo sobre lo ocurrido con Madeline, Celeste y el resto del grupo de amigas de “Big Little Lies”. Al fin y al cabo, ya tienen al mismo director detrás de las cámaras.


No hay comentarios:

Publicar un comentario