miércoles, 6 de julio de 2016

"UNDERGROUND": Los 7 de Macon

En la ceremonia de los Oscar de 2014 “12 years a slave” se llevó el premio a la mejor película por su retrato de 12 años de la vida de un esclavo del sur de Estados Unidos a mediados del siglo XIX. Tras alzarse con el galardón se abrió el debate de si realmente la Academia había premiado la cinta por su valor cinematográfico o por saldar una deuda que ésta (y por ende todo el cine de Hollywood) había contraído con la comunidad negra tras décadas de ninguneo a uno de los episodios más trágicos de la historia reciente de los Estados Unidos. Tan sólo dos años después, este 2016, pudimos obtener respuesta a dicho debate con el ya histórico #OscarSoWhite que criticaba la no inclusión de ningún actor afroamericano entre los 20 candidatos en las categorías de interpretación. Películas posteriores como “Selma” o las próximas “The Birth of a Nation” y “Loving” demuestran que el tema se encuentra más de moda que nunca.


Por lo tanto era inevitable que la esclavitud, o cualquiera de los aspectos que la rodea llegase a la televisión tarde o temprano. Y ya no sólo por el remake que “Raíces” que History Channel emitió a finales del mes de mayo en formato miniserie, sino por “Underground”, una serie cuya primera temporada consta de 10 episodios y que el canal norteamericano de cable WGN America terminó de emitir hace un par de meses. 

Nos encontramos aquí en el año 1857 en una plantación de algodón del estado de Georgia en la que un grupo de esclavos toman la decisión más importante de sus vidas: escapar en busca de libertad, apoyados por lo que por aquel entonces se llamaba el ferrocarril subterráneo (underground railroad en inglés, de ahí el título de la serie), que no es otra cosa que una red clandestina que ayudaba a los esclavos a huir a Canadá o algunos de los estados que ya habían abolido la esclavitud en Estados Unidos. Conocemos entonces a los conocidos como “los 7 de Macon”, que son los siete que logran escapar encabezados por Noah, uno de los esclavos de la plantación de algodón y Rosalee, esclava doméstica. Conocemos también al resto de esclavos de la finca y a los dueños de la plantación, el autoritario Tom Macon y su déspota esposa Suzanna; al hermano de este John y su esposa Elizabeth, de los que poco a poco vamos descubriendo sus motivaciones abolicionistas y a August, un cazarecompensas dispuesto a cualquier cosa con tal de dar caza al grupo de huidos. 


El amplio reparto está encabezado por Jurnee Smollet-Bell a la que hemos visto en “True Blood” o “Parenthood” (y hermana del también actor Jussie Smollet, el Jamal Lyon de “Empire”), Aldis Hodhe, visto en “Leverage” o “Straight Outta Compton” y Jessica de Gouw, conocida por sus intervenciones en “Arrow” y la adaptación televisiva de “Drácula”. También destacan Alano Miller (“Jane the Virgin”), Amirah Vann, Reed Diamond, Marc Blucas o James Lafferty (protagonista de “One Tree Hill”).

Si algo destaca de estos primeros episodios es su buen ritmo. Especialmente una vez que el grupo de esclavos consigue escapar e inicia su particular run for your life en busca de la tan ansiada libertad. Cada una de las escenas se empeña en mostrarnos la determinación de unos personajes que son capaces de sufrir, llorar o matar con tal de no volver a vivir como esclavos. Y todo con un ritmo y un acompañamiento musical realmente notable. Es más, aparte de las work songs clásicas que cantaban los esclavos para amenizar las horas y horas de trabajo bajo el sol y que aparecen frecuentemente en los episodios, de manera extra diegética suenan un buen puñado de canciones actuales que van desde el “The Girl got BLKKK” de Kanye West hasta el “Paranavigar” de Janira de Marco (de hecho la primera de ellas se utiliza en todas y cada una de las escenas de persecuciones). 


Pero a pesar de que en sus primeros episodios (aquellos en los que  aún no habían escapado) la serie ejerce un retrato perfecto de la situación de los esclavos en aquella época, dicho mensaje pierde algo de valor una vez iniciada la carrera por la libertad. El alegato sobre las libertades de los esclavos se ve algo empañado por una escapada que le otorga al resultado final un carácter más cercano al relato de aventuras que al mensaje anti esclavista. Aunque seguimos viendo las condiciones del día a día de aquellos que no lograron escapar parece que se empecina demasiado en mostrarnos todas esas trabas, esos inconvenientes que se van encontrando por el camino aquellos que sí escaparon. Incluso la figura del villano encarnado por ese amo de la plantación de algodón se diluye cuando muestra una humanidad que en aquella época sería fácil de encontrar en alguien de su clase social.

Pero al final, el sabor de boca general que deja el final de la temporada es el de un buen producto. Interesante por lo que cuenta y muy entretenido por cómo lo cuenta. Diez episodios que se disfrutan (¿se puede utilizar este término cuando la serie trata un tema tan delicado como éste?) en su totalidad y que hacen de ésta una de las sorpresas más agradables de la temporada.


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