jueves, 14 de enero de 2016

El adictivo virus de "Mr Robot"


Hoy en día, con la cantidad de series que se estrenan mensual o incluso semanalmente, es complicado que una en concreto se mantenga en boca de todo el mundo incluso cinco meses después de la emisión de su último capítulo. Y más cuando hablamos de un proyecto estrenado en verano, ese período al que normalmente se mandan los proyectos menos interesantes o aquellos que ya no gozan de una óptima salud. Pero “Mr Robot”, estrenada a finales del junio pasado ha conseguido mantenerse en la conversación o incluso conseguir que se hable más de ella en las últimas semanas que en el momento de su estreno. Aprovechando que hace solo unos días ha conseguido alzarse con el Globo de Oro a la mejor serie dramática (y, siendo sincero, aprovechando también que el parón navideño me ha servido para ponerme al día con ella) vamos a repasar la que podemos considerar una de las sorpresas de la temporada.

Para aquellos (pocos) que aún no conozcan su argumento, “Mr Robot” sigue a Elliot, un joven con problemas psiquiátricos que trabaja para una empresa de seguridad informática además de hacer sus pinitos como hacker para obtener la información que quiere sobre sus amigos (pocos) y compañeros. Tras un cyberataque a una de las multinacionales a las que su empresa debe proteger, es reclutado por el líder de un grupo de hackers con la intención de destruir a poderosos y corruptos empresarios. Y precisamente este, su argumento, es uno de sus puntos más fuertes. Un argumento de plena actualidad que aprovecha el auge del movimiento antisistema (Anonymous parece estar presente detrás de cada una de las decisiones argumentales que se toman) en un guión inteligente que presenta a los hackers como una especie de soñadores dotándoles de un aire justiciero, incluso idealista o poético. 


Todo en “Mr Robot” tiene un tratamiento frío y lúgubre. Empezando por la estética y la fotografía, más cercada al noir nórdico o brittish que a lo habitual en las series norteamericanas. Todo es muy gris, como si esas calles, esas casas y esas oficinas llevasen semanas sin ver la luz del sol. Incluso la personalidad de los personajes, no sólo de Elliot sino también de los secundarios, unos ambiciosos, otros atormentados pero todos con unas pretensiones que no terminan de estar claras en ningún momento. Y todos maravillosamente interpretados, desde la mejor amiga de Elliot, Angela, interpretada por Portia Doubleday, hasta Christian Slater que consigue con esta serie quitarse el sambenito de gafe que tantos años le lleva persiguiendo. Pero quien realmente destaca por su interpretación es Rami Malek, el Elliot protagonista. Y es que no solo lleva todo el peso de la serie de una manera sobresaliente sino que además sabe transmitir a la perfección la gran sensibilidad de un solitario joven con problemas psicológicos pero con gran sentido de la justicia. Lástima tener que competir en los Globos de Oro con un Jon Hamm despidiéndose a lo grande de su histórico Don Draper.

Otro de los aspectos más atractivos y a la vez más perturbadores es el hecho de mostrar de una manera bastante cruda y pesimista la visión del mundo actual dominado por los medios y por la doble vida de aquellos que muestran en redes sociales algo completamente distorsionado y distante de la realidad. Algo que no es difícil discernir para Elliot ya que un buen puñado de clicks le posibilita acceder a cualquier tipo de información médica, penal o íntima de cualquier persona a su alrededor, lo que muestra la fragilidad de nuestro sistema basado en contraseñas con nuestras fechas de nacimiento o el nombre de nuestras mascotas de la infancia. Pero eso no quiere decir que los diez capítulos que componen la primera temporada estén plagados de tecnicismos y jerga informática incomprensible para los catetos informáticos como yo. Todo lo contrario. A pesar de utilizar el vocabulario más realista posible para la situación en la que se encuentran, nada resulta incomprensible ni farragoso.


Quizás el premio a mejor serie dramática en los Globos de Oro le venga algo grande a “Mr Robot”, no por la falta de calidad, sino por enfrentarse a series como “Juego de Tronos” con mucho más bagaje, pero ya sabemos la tendencia que tienen los votantes a estos galardones a premiar series en su primera temporada para después ignorarlas totalmente. Lo que sí es cierto es que estamos ante un proyecto con la suficiente calidad como para no desmerecer ningún galardón ni ninguna de sus numerosas inclusiones en las listas de lo mejor de 2015 incluida la del American Film Isntitute.

Ansiosos estamos esperando la segunda temporada.

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