lunes, 8 de mayo de 2017

"SENSE8": buscando respuesta a dudas existenciales

Dos años. Sí, sin contar con ese episodio especial de Navidad (que no estuvo mal pero que nos supo a poco teniendo en cuenta lo que hemos tenido que esperar), han pasado dos años desde la primera temporada de “Sense8” hasta su regreso este pasado viernes. Por eso, los más devotos a la ficción de las Wachowski (en esta segunda temporada sería mejor decir Lana Wachowski en solitario), hemos vivido la duda de nuestras vidas este fin de semana: ¿Ver los diez episodios del tirón? ¿O administrarlos ligeramente para que el placer dure más? En mi caso reconozco que los siete primeros cayeron en sus primeras 48 horas y mantengo los tres restantes para esta semana.


Esta segunda temporada lleva hasta el extremo esas preguntas existenciales de ¿Quienes somos? ¿De dónde venimos? y ¿Hacia dónde vamos? El grupo protagonista se ha hecho más potente precisamente abrazando al idea de que juntos son más fuertes y por eso no dudarán en unir de nuevo sus fuerzas para buscar respuestas. Y todo apunta a que las irán descubriendo a lo largo de la temporada. Detrás de muchas de esas preguntas se encuentra ese Mr Whispers que invade la cabeza de Will constantemente y del que le resulta tan difícil librarse. Este y una organización secreta, la Biologic Preservation Organization (BPO) serán claves para conocer las respuestas a dichas preguntas. Y para ello tanto Angelica como Jonas serán fundamentales.


Eso sí, mientras siguen intentando encontrar las respuestas existenciales sobre su origen, cada uno de los sensates, en mayor o menor medida, irá viviendo su propia evolución personal. Así, Lito tendrá que hacer frente a su salida del armario, lo que va a provocar más de un quebradero de cabeza no ya personal, sino también profesional. Capheus, por su parte, vive ahora una inesperada popularidad tras lo sucedido al final de la primera temporada y ahora verá cómo se le abren puertas y posibilidades que jamás se le habrían pasado por la mente. Sun y Kala intentarán escapar de sus particulares prisiones, la primera de manera literal tras acabar entre rejas al final de los primeros episodios y la segunda de una manera más figurada, al verse atrapada en un matrimonio que no lleva a ninguna parte.


Esta última recibirá, como no puede ser de otro modo, todo el apoyo que necesita de Wolfgang, aunque este no haga más que incrementar ese pensamiento en la cabeza de ella de diferenciar lo que quiere de lo que debe. Él, mientras tanto, empieza a establecer cierto tipo de amistades con algunas personas poco fiables de la mafia berlinesa. Riley y Will por su parte intentan sacar adelante su relación mientras este último lucha a su vez con los dichosos “encuentros” constantes con Mr Whispers. Y por último Nomi, que es quizás ese personaje bisagra que necesitan todas las series y que, ya que su relación sentimental con Amanita parece más que estable, ejerce como comodín al que todos acuden cuando se meten en aprietos (especialmente cuando esa ayuda gira en torno a la piratería y la tecnología). Eso sin dejar de lado los problemas legales a los que ella se enfrenta y que la convierten en objeto de búsqueda y captura constante.

A pesar de esta nueva deriva a la que los personajes se ven sometidos en esta segunda temporada, no os preocupéis porque todo lo que nos gustó en la primera temporada sigue estando ahí presente en la segunda. Esas escenas rodadas como si se tratasen de videoclips musicales siguen estando muy presentes, al igual que el toque de humor que tan bien funciona para transmitir la sensación de que nada debe ser tomado demasiado en serio. Ni siquiera lo más fundamental. Y por supuesto, aunque en menor medida en comparación con sus primeros episodios, no faltan las escenas de sexo y las orgías que tan famosa han hecho la serie (aunque reconozco que después del buzz generado tras el rodaje en el Gay Pride de Sao Paulo, el resultado final me pareció algo descafeinado) . Esos contrastes entre los paisajes urbanos y los rurales bañados con una selección musical más que curiosa, tampoco faltarán.


Quizás esto último sea lo que haya echado para atrás a mucha gente en su primera temporada que acusaba la falta de ritmo en determinados episodios cuando alguno de las tramas echaba el freno para otorgarnos uno de estos momentos. Pero reconozcámoslo, “Sense8” no es una serie para todo el mundo. Así que si le diste una oportunidad a la primera temporada y no te convenció, no lo intentes con la segunda. Es más de lo mismo, para lo bueno y para lo malo. En cambio, a los fans (el fandom de la serie es uno de los más amplios y fieles de las producciones propias de NETFLIX) nos hará disfrutar de lo lindo de nuevo.

Decía al inicio del post que la primera temporada había terminado dejándonos la sensación de que sus historias aún tenían mucho que contar, esta segunda tampoco se ha quedado atrás, por lo que contamos las horas para que NETFLIX anuncie la renovación para una tercera tanda de episodios. ¿Esperarán hasta el 8 de agosto, fecha del cumpleaños de los sensates, como ya hicieron la anterior ocasión?

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