Uno de los acontecimientos seriéfilos
que más interés despierta en esta primera mitad del año no sólo entre el
público, sino también en la mayor parte de la prensa televisiva es el final de
temporada de “The Walking Dead”. Y anoche, con un capítulo titulado “Last day
on Earth”, la serie de los caminantes puso punto final a su sexta tanda de episodios
con una hora y cinco minutos de tensión, oscuridad y miedo que vamos a analizar
a continuación. Antes de continuar
leyendo, debéis saber que os vais a encontrar spoilers de toda la temporada,
season finale incluida.
El capítulo arrancó donde lo habíamos
dejado la semana pasada. Carol, que había abandonado el grupo para seguir en
solitario se topa con Morgan que intenta convencerla de regresar con los demás
ya que por su cuenta y con sus heridas, poco va a durar. Pero esta parece
determinada a seguir con la única compañía de su recién recuperada fe
religiosa. Mientras tanto, en Alexandria, un grupo formado por Rick, Carl,
Eugene, Abraham, Aaron y Sasha toman la decisión de partir con su caravana hacia
Hilltop ya que el estado de salud de Maggie pende de un hilo y necesita
asistencia médica urgente. Algo que no parece fácil sabiendo que por el camino
se encontrarán con los salvadores deseosos de consumar su venganza tras las múltiples
bajas que los de Alexandria causaron en su grupo.
Y así resulta ser, en cada uno de
los caminos que cogen se topan con algún pelotón que no sólo les impide el paso,
sino que además les va dejando muestras de que tienen retenidos a algunos de
sus amigos. Finalmente traman un plan en el que Eugene seguirá en solitario con
la caravana a modo de cebo para despistar a su enemigo mientras que el resto
del equipo continúa su trayecto a pie a través del bosque. Plan que resulta ser
fallido ya que terminan siendo rodeados por un numeroso grupo de salvadores que
les corta el paso a ritmo de un silbido que lejos de avanzar la llegada del
sinsajo, en realidad anuncia que su intento de llegar a Hilltop ha llegado a su
fin.
Y finalmente Negan apareció. No
apareció ensangrentado ni harapiento. Más bien al contrario. Salió de la
caravana que acababan de robar a los de Alexandria como si de un modelo de
anuncio de colonia de Calvin Klein se tratase; perfectamente peinado y
engominado, con un afeitado bien apurado y una chupa de cuero impecable. Más
que miedo daba morbo. Hasta que abrió la boca y Rick y compañía empezaron a temblar
y a temer por sus vidas. Finalmente, con el grupo ya reunido, Negan les plantea
su trato: tendrán su protección a cambio de entregarles todos los recursos que
él y su grupo vaya necesitando para la supervivencia. Pero además, matará a un
miembro de su equipo para ejecutar su venganza. Y tras un juego al más puro
estilo “pito pito gorgorito” acaba con la vida de uno de los de Alexandria cuya
identidad no conoceremos hasta la próxima temporada.
Si bien el capítulo tiene una
atmósfera de tensión muy bien construida, esta quizás se prolongue demasiado en
el tiempo y acabe por dejarnos un clímax a medio gas. Y la tan cacareada muerte
que este final de temporada nos prometía no se produce hasta el último minuto y
de una manera algo tramposa ya que desconoceremos su identidad hasta dentro de
unos meses. Algo que seguro mosqueará a parte de la legión de fans y
espectadores que tiene la serie. No es difícil encontrar en internet el nombre
del personaje que en los cómics muere a manos de Negan y su bate de béisbol,
pero quién sabe si los guionistas respetarán el cómic o se tomarán alguna de
sus ya clásicas licencias argumentales.
Uno de los aspectos negativos que
más le podemos achacar a esta sexta temporada de la serie es el tratamiento que
han hecho del personaje de Carol. Y es que ya sabemos el gran problema que ha
tenido siempre “The Walking Dead” a la hora de trabajar el desarrollo de los personajes,
pero hasta ahora Carol era uno de los que más y mejor habían sabido evolucionar
a lo largo de los capítulos. Hasta que en esta segunda mitad de temporada todo
el amor que sentíamos por ella se ha esfumado con un cambio de personalidad tan
brusco como incoherente e incomprensible. Una Carol que se había formado una
personalidad fuerte y luchadora a base de lágrimas y esfuerzo personal pasó a
ser un ser débil abrazado a una fe que más que una salvación la lleva a un
callejón sin salida y no en el sentido literal.
Pero dejando a un lado el
personaje de Carol, quizás estemos ante una de las temporadas más sólidas (dentro de sus numerosas limitaciones y amplias carencias) de la
serie. Una temporada que ha acabado de demostrarnos lo que las anteriores
venían insinuando, y es que los verdaderos enemigos no son aquellos que buscan
sangre y vísceras, sino los seres vivos que sobreviven al fin del mundo a base
de matar, robar, aterrorizar y extorsionar. El peligro no está en los
caminantes, está en quienes que sobreviven a ellos. Hemos tenido capítulos mejores,
otros peores, pero quizás todos ellos han sabido mostrar en mayor o menor
medida esa evolución que otras temporadas no sabían hacer. Pese a ello, ya hace
varios capítulos que se venía notando la necesidad de un villano a la altura de
Negan para darle un poco de ritmo a una trama algo renqueante.
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