Hace unos meses hablábamos de una
serie llamada “The man in the High Castle” que planteaba un presente
alternativo como consecuencia de la ficticia victoria de Hitler en la Segunda
Guerra Mundial. “11.22.63” va un
paso más allá ya que ese futuro ucrónico no está dado por sentado, sino que
depende de la actuación de su protagonista para que se lleve a cabo. Y es que
esta miniserie del canal de streaming Hulu
nos introduce al personaje de Jake Epping a quien un viejo amigo le
descubre un portal dentro de un armario que lo lleva directamente a octubre de
1960 y le encomienda, antes de fallecer, una misión que él no ha podido llevar
a cabo en sus múltiples intentos: detener
el asesinato del presidente Kennedy. Y es que según este, dicho asesinato cambió el futuro no
sólo de los Estados Unidos sino del mundo entero, evitando entre otras cosas la
guerra de Vietnam.
Para ello le entrega toda la documentación que
ha recopilado en todos esos intentos y además contará con tres años hasta que
se produzca dicho asesinato paras investigar todos y cada uno de los factores
alrededor del presidente y de su asesino, Lee
Harry Oswald. Por el camino se encuentra dos personajes fundamentales que
constituirán su mayor apoyo en esta misión, por un lado una chica, Sadie Dunhill a la que intenta ayudar a escapar de su tormentoso
matrimonio y de la que termina irremediablemente enamorado y por el otro a Bill quien se convertirá más que en un
compinche, en un hermano ficticio. Pero con lo que no cuenta el propio Jake
Epping (ahora convertido en Jake Ambersen) es con un pasado que se va a
resistir a cambiar, intentando impedir que Ambersen modifique cada uno de los
aspectos que pueden ser determinantes para llevar a cabo su misión.
Uno de los aspectos más
destacados de la miniserie es la cuidadísima recreación de la década de los 60
a través de una fotografía exquisita y de un atrezzo y unos decorados que
parecen sacados mismamente de aquellos años. Además, para los amantes como yo
del vestuario femenino de aquella época, resultará deliciosa la amplia gama de
vestidos que utilizan en cada escena. Y no sólo en el aspecto estético y artístico destaca
la recreación de la época, sino también en el político y social. Las primeras
barreras que empiezan a caer con respecto a la comunidad afroamericana acompañan
notablemente la ilusión de una sociedad casi naíf cuyas esperanzas políticas,
económicas y sociales están depositadas en una única figura, la del presidente
Kennedy. Algo que cada capítulo sabe reflejar a la percepción, especialmente en
el personaje de Mimi, la secretaria negra del instituto en el que Jake Ambersen
empieza a trabajar como profesor.
La serie cuanta con la producción
de Bad Robot, la empresa de J.J. Abrams, al que debemos la resurrección de
la franquicia Star Wars, pero al que los seriéfilos
seguimos asociando a sus mejores proyectos en televisión: “Perdidos”, “Fringe”
y “Alias”. Además, está basada en la novela del mismo título cuyo autor, Stephen King apoya al propio Abrams en la tarea de producción. Y a cargo
del guion tenemos a la escritora Bridget
Carpenter que ya se encontraba
detrás de grandes proyectos como “Friday Night Lights” y “Parenthood”. Y en el
terreno interpretativo, la cara más conocida es la de su protagonista James Franco que hace aquí uno de sus
mejores papeles mostrando un aspecto noble, idealista y romántico que poco
habíamos visto en sus interpretaciones anteriores. Le acompañan Sarah Gadon (a la que hemos visto en “Enemy” y en “Cosmópolis” y que está
sublime como Sadie, el interés amoroso de Jake), Chris Cooper (ganador
del Oscar por “Adaptation”), Josh
Duhamel (“Transformers”) y T.R.
Knight (“Anatomía de Grey”).
“11.22.63” se estrenó este pasado
miércoles en España en el canal Fox pero los hay que no han podido esperar a la
emisión en España y ya han engullido los ocho capítulos que la componen (como
yo; en tres tardes). Personalmente no ha tenido la oportunidad de leer el libro
en que se basa la miniserie, con lo cual cualquier opinión que pueda dar al respecto
de la adaptación va a ser completamente subjetiva (si bien es cierto que gran
parte de la crítica señala que se trata de una buena adaptación, pero con el
hándicap de haber prescindido de parte
de la oscuridad que caracteriza la literatura de Stephen King). Tomando la
serie como un ente ajeno al libro, estamos ante un proyecto bastante destacable
que combina a la perfección la trama de la investigación de Lee Harry Oswald
con la sentimental de los personajes de Jake y Sadie, con un resultado final
sólido y entretenido. Además cuenta con unas interpretaciones sublimes, no sólo
en sus protagonistas sino también el grupo de secundarios que eleva el
resultado final notablemente.
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