Emitida el mismo día y a la misma
hora que la season finale de “The Walking Dead”, que como ya comenté en el post anterior es un monstruo que no solo arrasa en las audiencias tradicionales sino
también en las cada vez más importantes audiencias sociales, “Shameless” llegó
al final de su sexta temporada este pasado domingo en un capítulo llamado
“Familia Supra Gallagorious Omnia!” y con la renovación por una séptima
asegurada desde hace ya unos cuantos meses. Ya sabemos cómo se las suelen
gastar los Gallagher, especialmente en sus cierres de temporada en los no suelen dejar indiferente a nadie. Y una vez más, así ha sido. Lo han vuelto a
conseguir.
(A partir de aquí, spoilers de
toda la sexta temporada de “Shameless”)
Todo el capítulo ha girado en
torno a la boda de Fiona y Sean y a sus últimos preparativos como el ensayo del
primer baile nupcial o la compra de los anillos. Vemos por primera vez en mucho
tiempo a Fiona realmente feliz, contenta y enamorada a pesar de que su relación
con su hermana Debbie no pasa por su mejor momento. Y es que tras el embarazo
de esta y la posterior negación de su hermana mayor de cualquier tipo de ayuda
en caso de seguir adelante con la idea de ser madre, Debbie no parece tan
dispuesta a olvidar fácilmente. Aunque las dificultades para sacar adelante en
solitario a su bebé parecen ir mucho más allá de lo que ella misma imaginaba y
tendrá que terminar claudicando, perdonando y pidiendo ayuda.
Mucho mejor parecen haberle ido
las cosas esta temporada a su hermano Ian, al que por fin hemos visto levantar
cabeza después de un puñado de capítulos luchando contra el trastorno bipolar
que padece. Además, el fin de esa relación tan tóxica que mantenía con Mickey parece no
haberle venido del todo mal al pelirrojo ya que conoce a un bombero con el que
inicia una relación sentimental “normal”, algo a lo que este no está
acostumbrado. No sólo eso sino que además dicho bombero le ayuda a descubrir un
nuevo camino profesional alejado de los strip-club. Todo lo contrario que su
hermano Lip, quien tras el final de la relación sentimental con Helene, su
profesora, se ve sumido en una espiral de destrucción y alcohol que en algunos
momentos recuerda su padre Frank. Alcohol que hace aflorar en él la idea que
siempre rondaba su cabeza (y las nuestras) de que Lip realmente nunca ha
llegado a encajar en el ambiente universitario plomizo y aburrido.
Quizás el punto más divertido de
la temporada ha venido, como casi siempre, de la mano de Kevin y V que pasan de
ser un matrimonio a un trío tras el intento de estos de evitar que Sveltlana
sea deportada. Algo que consiguen gracias al matrimonio entre las dos mujeres y
que provoca que esta se incorpore a la relación como si de una más se tratase. Así,
como trío, acuden a la boda de su amiga. Y cuanto todos parecían dejar a un
lado sus problemas personales para estar presentes en el feliz día de Fiona,
cuando Debbie había accedido a dejar de lado las diferencias con ella y Lip
conseguía por un momento dejar de lado el alcohol para apoyar el feliz evento,
todo se va al garete por culpa de Frank, que tras su fallido intento de
contratar un matón para impedir que Sean se case con su hija, no duda en acudir
a la iglesia para desvelar cierto secreto del futuro marido que dinamita por
completo la confianza que ella había depositado en él.
No son pocos los que apuntan que
“Shameless” lleva varias temporadas estancada en la monotonía, algo que en
parte puede ser cierto ya que algunos personajes como el de Frank son absolutamente
cíclicos y no hacen más que repetir una y otra vez los mismos errores (muchos)
y aciertos (pocos). No deja de ser curioso que no sepan darle una trama más
interesante a un maravilloso William H Macy. En algunos otros, como el de
Fiona, cuesta ver esa evolución ya que los guionistas siempre tienen preparada
para ella la peor de las suertes. ¿Para cuándo una temporada en la que Fiona no
termine siendo la más desgraciada? Pero es innegable que los personajes más
jóvenes, Debbie y Carl, han conseguido brillar con luz propia en estos doce
capítulos. Especialmente la primera que con su empeño de ser madre a toda costa
a pesar de su juventud ha vivido un viaje que la ha llevado a enfrentarse a
toda su familia. Y particularmente, disfruto muchísimo con el personaje de
Svetlana que ha vivido una evolución fantástica que la lleva a ser mucho más
que el personaje secundario de poco calado que era al inicio de su
participación de la serie allá por la tercera temporada.
Termino citando un artículo de
Matthew Gilbert publicado en el Boston Globe hace unos días, donde dice que "Shameless" sigue
siendo una de las series mejor interpretadas, creativamente más comprometidas,
más coherentes, más divertidas, más entretenidas y más mordaces. Sencillamente,
de lo mejorcito que puedes ver ahora en TV.
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