lunes, 19 de marzo de 2018

"AMERICAN CRIME STORY: VERSACE": el lado oscuro del lujo

Había muchas ganas de la segunda temporada de “American Crime Story”, por múltiples razones. La primera de ellas era el magnífico sabor de boca que nos había dejado la primera temporada centrada en el caso de O.J. Simpson. La segunda era la temática que iban a abordar estos nuevos episodios, la muerte de Gianni Versace a manos de Andrew Cunanan a la puerta de su casa. Y la tercera, como no, ver a Penélope Cruz interpretando a Donatella Versace, y más después del comunicado por parte de la familia Versace desvinculándose totalmente del proyecto y calificándolo de “pura ficción”.


Pero a pesar de que estos nuevos episodios ya se estrenaron en Estados Unidos hace semanas (actualmente llevan ya ocho emitidos y sólo queda uno para terminar la temporada), hemos tenido que esperar hasta anoche para poder disfrutar aquí en España de su estreno. Sorprendentemente ha sido Antena 3 la encargada de su emisión, que tuvo la terrible idea de emitir no uno ni dos sino tres capítulos del tirón, alargando su emisión hasta la 1 de la madrugada y consiguiendo una audiencia de 2.377.000 espectadores y un 15,6% de share. Pero no pasa nada si no podéis quedaros despiertos hasta tan tarde, porque podrás ver la temporada completa en NETFLIX a partir del 30 de este mismo mes.


La serie agradará tanto a aquellos que quieran saber la parte menos visible de un caso que conmocionó a la opinión pública allá por el verano de 1997, como a aquellos que no conozcan nada de lo ocurrido aquel día en que Cunanan disparó a bocajarro a uno de los mayores talentos de la historia de la moda. Y es que si la primera temporada estuvo centrada en el racismo, la figura de la mujer en la sociedad y el auge de un tipo de periodismo inaudito hasta el momentos, esta segunda nos plantea una importante reflexión sobre la homofobia y también sobre la aceptación de la homosexualidad, sin dejar de lado el tratamiento del suceso que hicieron los medios de comunicación.


Narrada a base de saltos temporales, la serie profundizará en la psicología y la personalidad de todos las personajes, pero centrándonos especialmente en uno de ellos, el propio asesino. Un Cunanan soberbiamente interpretado por un Darren Criss en estado de gracia que lleva camino de aparecer en muchas listas de nominados a los premios de la próxima temporada.  Iremos conociendo todas y cada una de las aristas de una mente obsesionada con el mundo de la fama, el desenfreno y el lujo, que en el pasado ya había cometido múltiples asesinatos y que convirtió la mentira en su mejor amiga, pero a la vez en su peor enemigo.

Pero este tampoco es un relato de buenos contra malos. Cunanan era un individuo incapaz de aceptar su propia homosexualidad que decidió acabar con la vida de Versace, un ejemplo de aceptación, pero el resto de personajes están lejos de ser retratados como almas puras e inocentes víctimas del desalmado de Cunanan y los guionistas nos muestran a unos Mario D´Amico y Donatella Versace empeñados en que los trapos sucios de la compañía y del propio fallecido permanezcan ocultos por temor no sólo a deteriorar su imagen pública, sino a perjudicar la imagen de la marca que los mantiene a flote a todos ellos. 

Y si Darren Criss cumple con nota la labor de encarnar al asesino convertido en protagonista, Penélope Cruz ha convertido su Donatella en icónica. Magnética como nunca, Cruz es consciente de la fina línea que separa la imitación de la caricatura y se convierte en una auténtica robaescenas provocando en el espectador una especie de adicción que hace que este desee que aparezca en todas y cada una de las escenas. Es imposible dejar de mirarla, ella lo sabe, y los guionistas también, por eso le dan algunas de las mejores frases de cada capítulo.


Al estar basado en el sensacionalista libro “Vulgar Favors” escrito por Maureen Orth que nunca contó con la aprobación de la familia, nunca sabremos si lo que relatan estos episodios es cierto al 100% o no, pero eso es lo de menos en un relato contado al más puro estilo thriller psicológico dejando de lado la parte más a priori potente, la del relato de auge y caída de un genio homosexual atormentado en una nebulosa de sexo, drogas y fama para centrarse en los pasos anteriores y posteriores que llevó a cabo en asesino.

No obstante, el resultado final parece estar un escalón por debajo de lo que vimos hace un par de años en la primera temporada. O al menos es lo que los críticos americanos opinan al respecto, que consideran esta segunda temporada notable, pero con alguna imperfección que le hace incapaz de alcanzar tan alta cota. Yo francamente he disfrutado los tres primeros episodios de principio a fin, aunque también reconozco que en gran medida es debido a  mi admiración hacia Penélope, que hace que me encante cualquier cosa en la que ella participe. Al fin y al cabo, si he visto “Woman on Top” más de una docena de veces, eso es por pura admiración ¿no?

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