Hace unos cuantos días que “How to get away with Murder” echó el cierre a su cuarta temporada, dando carpetazo por fin a las tramas que han dado forma a estos quince episodios, que al igual que en las tres temporadas anteriores, nos ha tenido pegados a la televisión. Una temporada que ha dado mucho de sí, como viene siendo habitual, y que después un buen puñado de volantazos y giros de guión, parece marcar un antes y un después en la vida de sus personajes.
¡Cuidado! A partir de aquí, spoilers de la cuarta temporada de la serie.
Toda la trama de estos quince episodios ha girado alrededor del personaje de Laurel, la gran protagonista de entre todos los que componen el reparto joven. Comenzó la temporada con un elaborado plan contra su propio padre para vengar la muerte de Wes mientras sacaba adelante su complicado embarazo. Y entre el primer y el último capítulo la hemos visto ser madre, ver como su padre le arrebataba la custodia del bebé, reencontrarse con su madre, ser cómplice de las complicadas decisiones que el grupo ha tomado, recuperar a su hijo y conseguir su tan ansiada venganza. Todo ello, como es tónica habitual en la serie, con bastante sangre por el camino. Y además, nos hemos despedido con la duda de si ella es realmente quien se encuentra o no tras la desaparición de su madre. Las heridas en sus brazos apuntan a ello, pero ya sabemos que no nos podemos fiar lo más mínimo.