Los estupendos títulos de crédito de “The Crown” nos muestran desde diferentes puntos de vista y perspectivas el forjado de una corona. La corona que lleva más de 60 años sobre la cabeza de la reina británica Isabel II. Y eso es precisamente lo que vamos a ver a lo largo de los diez episodios de esta primera temporada. Cómo se forja la leyenda de la monarca con el reinado más longevo del mundo.
La serie arranca poco antes de que Elizabeth contraiga matrimonio con el que acaba de convertirse en Felipe de Edimburgo (uno de los mayores logros de la serie es hacer de este un personaje interesante, francamente) y sigue los primeros años de matrimonio y el nacimiento de sus primeros hijos mientras continúa con la preparación para convertirse en la próxima reina. La serie, al menos en sus primeros episodios (no he podido ver más que los cuatro iniciales) incide mucho en la abdicación de su tío Eduardo VIII en favor de su padre Jorge VI tras renunciar al trono para poder continuar su historia de amor con la dos veces divorciada Wallis Simpson, atorgándole a Elizabeth el título de heredera al trono que en un principio no le correspondía.
Poco después la precaria salud de su padre Jorge VI da sus últimos coletazos y su fallecimiento pilla a la nueva monarca en un viaje de Estado por las colonias que el país por aquel momento tenía a lo largo y ancho de todo el mundo. Y así es como la mujer que salió del Reino Unido siendo princesa regresa reina (esa segunda mitad del segundo episodio desde que ella conoce la noticia hasta su regreso a casa es absolutamente exquisita, de lo mejor que he visto este año). Y todo bajo la atenta mirada de Winston Churchill, que afronta su segunda etapa al mando del gobierno británico (la primera fue durante la etapa de reinado de su padre Jorge VI en los tumultuosos tiempos de la II Guerra Mundial) convertido en un viejo cascarrabias pero con mucho por decir aún.
Y no sólo nos muestra “The Crown” los aspectos históricos que ya todos conocemos de sobra, sino que nos acerca magníficamente a todo lo que (supuestamente) pasaba una vez que se cerraban las puertas del palacio. A una nueva reina que no esperaba acceder tan joven al trono y que por tanto se ve obligada a sacrificar su recién estrenada vida matrimonial y familiar, se unen un marido que renuncia a una prometedora carrera en la Armada para estar al lado (o más bien un par de pasos por detrás) de la mujer a la que ama y una hermana, la princesa Margarita, con un carácter y una personalidad rebeldes y contestatarios. Y en ese complicado balance entre lo público y lo privado es donde la serie juega su mejor papel.
“The Crown” no es la primera serie de época esta temporada en retratar una etapa de la monarquía británica, ya lo hizo hace unas semanas la cadena ITV con “Victoria”, donde retrata los primeros años de reinado de la monarca que da título a la serie y que a su vez es bisabuela de la que hoy nos ocupa. Ambas se caracterizan por una aproximación más que exhaustiva a la figura de dos de las mujeres más importantes de la historia del Reino Unido. Y es que todas las series de época requieren, como bien sabemos todos, de un diseño de producción a la altura de lo que está contando. No es fácil traer de vuelta de manera verosímil y plausible una época o un momento histórico pasado. Y la tarea se complica aún más cuando se trata de recrear un momento que forma parte de la historia y el imaginario de un país y que está magníficamente documentado. Pero ninguna de las tareas resulta complicada para “The Crown” que ha contado con más de 140 millones de euros para sus dos primeras temporadas, convirtiéndose así es una de las series más caras de la historia.
Y vistos estos episodios lo cierto es que el dinero ha estado bien invertido. Empezando por el vestuario, con una recreación del vestido de novia de Elizabeth realmente minucioso además del espectacular fondo de armario por el que fue famosa la princesa Margarita en su juventud. Aparte del vestuario, la fotografía también juega un papel fundamental combinando los grises de la “madre patria” con los amarillos y dorados de las colonias africanas.Y es que para el rodaje se han utilizado gran cantidad de exteriores consiguiendo de esta manera otorgar al resultado final unos aires de grandeza y pomposidad propios de la monarquía más poderosa del mundo por aquel entonces.
Y una producción de este calibre y envergadura no puede tener detrás unos nombres más potentes. Peter Morgan, además de creador, ejerce aquí las labores de guionista, al igual que ya hizo en “Rush” o la oscarizada película que retrata la vida de esta misma monarca “The Queen”. Además, los dos primeros episodios están dirigidos por Stephen Daldry, el tres veces nominado al Oscar por “Las Horas”, “Billy Elliot” y “The Reader”. Y delante de las cámaras podemos encontrarnos caras tan conocidas como las de Claire Foy (la Ana Bolena de “Wolf Hall”), Jared Harris (el malogrado Lane Pryce de “Mad Men”), Matt Smith (visto en “Doctor Who” u “Orgullo+Prejuicio+Zombies”) o un sobresaliente John Lithgow bordando aquí el papel de Churchill.
Es “The Crown”, por tanto, uno de los must de la temporada por su aproximación a una figura tan visible, pero a la vez resulta tan enigmática como al de la reina Isabel II. Y es que todos queremos saber lo que se esconde detrás de tan icónica figura, los amoríos, las disputas, la ambición de poder… En fin, el peso de la corona.
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