Una de las series más estimulantes de la televisión actual, “Orphan Black” despidió su cuarta temporada esta pasada semana poco después de anunciar la renovación por una quinta. Quinta temporada que, por cierto, va a ser la última para poder disfrutar de Sarah y el resto de sus sestras. Analizamos a continuación lo que ha dado de sí tanto este último capítulo, como la cuarta temporada en general. Obviamente, encontraréis spoilers a cascoporro.
Quizás lo más destacado del episodio sea que por fin hemos conocido la verdad sobre lo ocurrido con Delphine al final de la tercera temporada. Esta sobrevivió al disparo y fue salvada por el doctor Van Lier, quien ahora tras la caída de Cho como directora de BrightBorn, ha tomado las riendas temporalmente de la empresa. Todo ello bajo la atenta mirada de Krystal, que se encontraba escondida en el momento del disparo y que ahora reconoce a Van Lier al verlo en televisión. Cosima, que se encuentra en la isla con Susan, encuentra por fin una solución genética para su enfermedad, pero justo en el momento en que estaba contando tal buena noticia a su hermana Sarah, la comunicación se desvanece y pierde no sólo el contacto sino, al parecer, todo el trabajo gracias al cual había conseguido la cura. Se da cuenta entonces, que aunque parecía lo contrario, Susan nunca ha sido una aliada y que no pretendía ayudarla a encontrar la cura sino conseguir el esquema genético con el que continuar con las clonaciones a pesar de defectos como los de la propia Cosima.
Rachel, que al final tampoco ha sido todo lo noble que nos había estado haciendo creer a lo largo de toda la temporada, consigue convencer a la junta directiva de BrightBorn para ser la sustituta de Cho con un argumento que estos no pueden rechazar: el producto genético perfecto (que ha conseguido gracias a la alianza con su “madre” Susan y al engaño a Cosima). Pero la alianza de Rachel con Susan no dura mucho ya que la primera vuela hacia la isla con la intención de acabar con la vida de la segunda. Tras apuñalarla, se enfrenta vida o muerte con Sarah, que ha acudido a la isla en rescate de su hermana Cosima sin saber que esta ha logrado escapar junto con Charlotte, la niña también enferma. Ambas escapan por la nieve y desfallecen a mitad de camino siendo rescatadas por un señor al que sólo habíamos visto en los sueños de la propia Rachel (ojo ahí el enredo). Este las lleva a una cabaña en la que por fin, y después de toda la temporada sin verse, Cosima se reencuentra con Delphine. Aunque a la primera parece que le queda poca esperanza de vida. Toda la lucha de Sarah parece irse al garete cuando, tras librarse por fin de Rachel, recibe una llamada que le confirma que tanto S como Kira se encuentran secuestradas a manos de Ferdinand, el aliado de Rachel.
¿Conseguirá Sarah salir con vida de la isla? ¿Cómo afectará a estas la subida al poder de la clonación de la nuevamente villana Rachel? ¿Sobrevivirá Cosima con la ayuda de Delphine? ¿Dónde se encuentran los Hendrix que han huído con Helena en el capítulo anterior? ¿Quién es ese señor que ha salvado a Cosima? Hay que reconocerle a “Orphan Black” su buen hacer con los finales de temporada. Al igual que en los otros tres, ha sabido dar una solución coherente a lo planteado en los capítulos anteriores además de ofrecer buenas dosis de acción y tensión. Y no sólo eso sino que de una manera natural y limpia, sienta las bases sobre las que se centrará la temporada siguiente. El cliffhanger con el que hemos terminado esta cuarta deja a las hermanas, especialmente Sarah y Cosima, en la peor situación a la que se han enfrentado hasta ahora mientras que otra de ellas, Rachel se ha alzado con el poder de la situación (y del futuro de la clonación en humanos) en sus manos. Personalmente, me resulta muy estimulante la posibilidad de una quinta temporada centrada en la lucha entre clones, lucha entre el legado de Beth y los ideales de grandeza de Rachel. Clon contra clon. Mujer contra mujer que diría Mecano.
En esta cuarta temporada, “Orphan Black” ha sabido corregir de una manera magistral los errores cometidos en la tercera. Ha hecho un borrón y cuenta nueva con todos los clones Castor y ha vuelto a su esencia: la investigación con la que Beth inició la serie hace cuatro años. Todas las clones han estado al servicio de una misma trama, lo que ha favorecido el lucimiento de cada una de ellas. Eso sí, hay que decir que este año nos han privado de esas escenas cómicas del matrimonio formado por Alison y Donnie (a pesar del breve pero maravilloso paso de Donnie por la cárcel). Y tampoco es que la maravillosa Shakira Helena hay tenido muchos momentos de lucimiento exclusivo, pero los que ha tenido los ha aprovechado al máximo. Personalmente, no he encontrado mucho sentido a la trama de la hermana biológica de Felix, más allá de reforzar la teoría de que los lazos sanguíneos no tienen por qué ser más fuertes que los establecidos entre amigos o camaradas, pero nada más.
Eso no quita un ápice de valor a esta cuarta temporada, que al igual que las anteriores ha sido arriesgada y valiente y que hacen de “Orphan Black”, como bien dije al inicio del post, una de las series más estimulantes de la televisión actual. Por cierto, a las ya conocidas Sarah, Alison, Cosima, Helena, Rachel y Krystal (más otras tantas que ya han pasado a mejor vida) se ha sumado esta temporada otro clon también maravillosamente interpretado por Tatiana Maslany, Mika… Ay Tatiana, para ti todos los premios interpretativos del mundo. Y el Nobel si hace falta, también.
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