La sexta temporada de “Juego de Tronos”, la serie más mediática de la televisión actual se emitió este pasado lunes en España cumpliendo muchos de los pronósticos y muchas de las teorías que habíamos ido elaborando a lo largo no sólo de estos diez últimos episodios sino de toda la historia de la serie. Analicemos a continuación lo sucedido en este “Vientos de Invierno” que ha cerrado de manera épica una de las temporadas más efectistas de la serie. Obviamente, detallaremos spoilers de la trama así que si aún no lo has visto, no sé a qué estás esperando, francamente.
Si algo ha conseguido este episodio ha sido desbaratar muchos de los escenarios tal y como los conocíamos hasta ahora para plantearnos una situación completamente distinta de cara a la próxima temporada. Quizás el más importante haya sucedido en Desembarco del Rey ya que Cersei, como muchos ya habíamos sospechado, hizo uso del fuego valyrio para dinamitar, de manera literal, a sus rivales. Un cargamento de dicho material estratégicamente situado en los subsuelos de donde se estaban celebrando los juicios contra Loras y ella misma explotó con todos ellos dentro acabando con la vida de todos los allí presentes. El Gorrión supremo, todos los miembros de la Fe de los Siete, Lancel Lannister, el gran maestre Pycelle y los hermanos Tyrell de un plumazo fuera de su camino. Su hijo, al que ella había salvado evitando que se presentase en el juicio, no pudo soportar el dolor y tras despojarse de su corona decide acabar con su vida arrojándose por una de las ventanas del palacio provocando el ascenso al trono de la propia Cersei.
Los Stark, por su parte, han vivido también sucesos de vital importancia esta temporada que en su season finale han dado incluso un paso más adelante. Por un lado Jon, tras haber ganado la batalla de Invernalia contra Ramsay Bolton (aunque sin Sansa dicha victoria no se hubiese producido) es nombrado rey en el Norte por el resto de casas en el norte. Aunque lo más importante es que gracias a una de las visiones de su hermano Bran (ahora Cuervo de Tres Ojos) conocemos el verdadero su verdadero origen que no es otro que ser hijo de Lyanna Stark quien en su lecho de muerte encarga a su hermano la protección y educación de su hermano como si fuese un hijo propio. A pesar de que no se nombra al padre de manera clara, esto confirma la tan cacareada teoría de que Jon era hijo de una relación entre Lyanna y Rhaegar. Y por otro lado, Arya, que ha recuperado su intención de acabar con todos los miembros de su temida lista, cumple su venganza contra Walder Frey, quien acabó con las vidas de su madre y su hermano. Un corte en la garganta después de haberle servido como comida a sus propios hijos.
Daenerys continúa con su objetivo de recuperar el trono que legítimamente le pertenece y para ello debe dejar atrás su relación con Daario Naharis, a quien deja al mando de Meereen antes de nombrar a su gran aliado Tyrion “mano de la reina”. Juntos, y tras el acuerdo con Yara y Theon Greyjoy que le otorgan la cantidad de barcos necesarios para embarcar hacia la gran guerra con la que pretende coronarse reina. Además, hemos vivido una nueva alianza, la de las Serpientes de Arena con Ellaria a la cabeza y Olenna Tyrell. Ambas, y ahora más que nunca, tienen un objetivo común, los Lannister.
A pesar de un inicio realmente espectacular (y con una banda sonora que realmente pone los pelos de punta), lo cierto es que este capítulo final ha sido una sucesión continua de “oh my god”. Sin ningún orden ni concierto. Un conjunto de porciones dramáticas empastadas. Quizás sea porque al contar con tantos personajes, tantos escenarios y tantas tramas es imposible desarrollarlos a todos con la amplitud que se merecen. O quizás sea porque, al haber superado la trama de los libros, D.B Weiss y David Benioff han optado más por el efectismo que por el desarrollo. Pero lo cierto es que a pesar de que en esta sexta temporada la trama ha avanzado más que nunca (ya era hora) lo cierto es que se echan de menos esos guiones, esos diálogos y conversaciones que insinuaban más de lo que mostraban. Algo que a lo largo de las temporadas se ha ido perdiendo.
Hemos tenido que despedirnos de personajes de una manera injusta, incluso zafia. Es el caso de Margaery, quien francamente merecía una despedida mejor, más épica y más relevante. Nos hemos quedado con dudas acerca de su sumisión a la fe y entre tanto golpe de efecto su adiós ha sido simplemente, uno más. Un adiós gris para un personaje con mucho más calado del que ha tenido en su despedida. Pero no sólo ella, ya que la despedida de Tommen ha sido simplemente ridícula (¿soy el único que se descojonó de la risa al ver su suicidio?). Vale que el personaje era muy random, pero esa caída al vacío es tan anticlimática que te saca automáticamente del episodio.
Pero no por todo esto la sexta temporada ha dejado de ser una de las mejores de la serie. Ha habido momentos (o capítulos enteros como el 6x09) que directamente son historia de la televisión y ha sabido aprender de los errores de la quinta temporada (menudo coñazo es Dorne) para ahorrarse momentos y tramas aburridas y centrarse en lo que verdaderamente importa. Ha sabido hacer avanzar la trama de una manera bastante satisfactoria para el público. Aunque si un acierto ha tenido esta sexta tanda de episodios ha sido el saber dar a los personajes femeninos el peso y la situación que se merecen. El despertar lento pero progresivo de Sansa (el personaje estrella de la temporada) ha sido realmente delicioso y las venganzas de Cersei y Arya, no por menos esperadas, han dejado de ser aplaudidas. Y Daenerys ha optado por una visión de renuncia al amor por las ansias de poder que hasta hace poco era sólo aplicada al género masculino.
Una sexta temporada que ha sentado de manera soberbia las bases sobre las que se centrará la última parte de la serie que empezaremos a ver en 2017 y que culminará en 2018. Por un lado la inminente batalla final por el trono y por otro la amenaza de los caminantes blancos. Dos batallas que centrarán el épico final de la serie y que en esta sexta temporada han sabido plantear cercenando de raíz algunas de las tramas innecesarias para centrar el protagonismo en aquellos personajes que verdaderamente van a dar que hablar en esos episodios finales.¿En qué punto se encuentra la relación entre la recién coronada reina Cersei y su hermano/amante Jaime? ¿Quién será el siguiente en caer de la lista de Arya? ¿Qué plan tiene Meñique para salirse con la suya, de nuevo a costa de Sansa? ¿Cómo será la inminente llegada de Daenerys? ¿Cuánto tardarán en volver a hacer acto de presencia los caminantes blancos? ¿Hacia dónde se dirigirá Melisandre tras ser desterrada de Invernalia? Aunque muchas han sido las respuestas esta temporada, muchos son aún las preguntas por responder.