viernes, 19 de octubre de 2018

"LA MALDICIÓN DE HILL HOUSE", una buena de terror

Había mucha expectación puesta en el estreno de “La Maldición de Hill House” (“The Haunting of Hill House” en su versión original) y es que a pesar de que el género de terror nunca pasa de moda, lo cierto es que en escasas ocasiones ha sido llevado a la televisión con acierto y sabiendo mantener durante varios episodios la esencia de un género tan complicado como satisfactorio. Pero desde que salió su primer tráiler, había cierto ruido que decía que esta sí que podía ser una de esas contadas veces en las que el resultado era más que solvente. Y así ha sido, porque la mansión de Hill House va directa al top de lo mejor del año. Pero antes de valorar y argumentar, mejor contar de qué va la historia. 


“La Maldición de Hill House” toma como referencia la novela homónima de Shirley Jackson, una de las mejores escritoras de terror gótico de la historia, para presentarnos a la familia Crain, compuesta por Olivia y Hugh y sus cinco hijos Steven, Shirley, Theo, Luke y Nellie que se trasladan a Hill House con la intención de rehabilitar la casa para luego venderla y poder obtener el suficiente dinero con el que poder construir la casa de sus sueños. Pero poco después de su mudanza empiezan a ocurrir cosas extrañas que pondrán a prueba la estabilidad no sólo emocional sino física de sus habitantes. 


La narración de “La Maldición de Hill House” se muestra en continuos saltos temporales entre la estancia de la familia en la denominada casa encantada más famosa de América y el presente, en el que vamos viendo no sólo la situación vital y personal de cada uno de ellos sino también las cicatrices que Hill House ha dejado en sus vidas. Cada uno de los primeros cinco capítulos está dedicado a cada uno de los cinco hermanos. Steven se ha convertido en escritor, Shirley regenta junto a su marido una funeraria, Theo se ha convertido en una eminente psicóloga infantil, Luke intenta superar sus adicciones en una clínica de rehabilitación y Nellie lucha con los demonios del pasado mientras intenta rehacer su vida sentimental.


A partir del sexto episodio vemos como la muerte de un miembro de la familia se encarga de reunirlos a todos de nuevo la misma habitación no sólo para velar la persona fallecida sino también para saldar cuentas y resolver los misterios del pasado que aún siguen muy vigentes en su presente. Además, este sexto episodio está narrado de una manera muy especial, ya que está compuesto básicamente por un puñado de planos secuencia en los que todos los personajes, tanto en el presente como en el pasado, van entrando y saliendo de la escena. Todo un ejercicio estilístico que cautiva al espectador y que convierte a este en uno de los mejores capítulos del año.

Y ese prodigio de sexto episodio no sería posible sin dos elementos fundamentales: por un lado la dirección de Mike Flanagan, que se encarga de dirigir los diez capítulos y que próximamente se pondrá a los mandos de la dirección de “Doctor Sueño”, la secuela de “El Resplandor”; y por el otro sin los propios actores, tanto adultos (con Michiel Huisman, Carla Gugino y Timothy Hutton a la cabeza), como los niños (con Mckenna Grace o Lulu Wilson entre otros). Precisamente son estos últimos, los jóvenes, los que podrían hacer tambalear el relato y que en este caso no sólo cumplen sino que además son los que se encargan de ponernos los pelos de punta en cada una de sus escenas. 


Sí que podemos decir que a pesar de que “La Maldición de Hill House” se vende como serie de terror, lo cierto es que no lo es per se. Es más bien un relato que navega entre el suspense de la narración en la mansión con el drama del presente, salpicado con ocasionales momentos de miedo que a buen seguro harán que el espectador pegue algún bote en el sofá (al menos así ha ocurrido conmigo). Sí, hay sustos, pero, más allá de esos momentos puntuales en los que el espectador "sufre" gracias a alguna aparición repentina adornada con música ensordecedora (algo que conforma básicamente todos los relatos actuales de este género), el espectador va a retener en su memoria otros mucho menos impactantes pero más malrrolleros, os lo aseguro. 

Quizás si tuviese que ponerle un pero a “La Maldición de Hill House” es esa atmósfera que se rompe siempre que saltamos del pasado al presente. En ocasiones, es complicado sentirse plenamente absorbido por lo que ocurre cuando los protagonistas son unos críos y viven en esa casa encantada si continuamente estamos volviendo al futuro. Ayuda en términos de construcción de personajes, como he dicho previamente, pero quizá se pierde un poco de esa inmersión que el espectador necesita para sentirse verdaderamente atemorizado por los monstruos que habitan en Hill House. 

Pero a pesar de este pequeño detalle, “La Maldición de Hill House” es un sí rotundo. No os la perdáis. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario