viernes, 30 de septiembre de 2016

"THE EXORCIST", la esencia del terror

Si algo nos quedaba claro del repaso que habíamos hecho a todos los estrenos de la temporada de las networks es que estamos ante el otoño de las adaptaciones. Tenemos de todo tipo, adaptaciones de series antiguas como "MacGyver" que nadie esperaba, personajes literarios que ya habían sido llevados a la gran pantalla y que ahora se pasan a la pequeña, cómics que van a contar con su propia versión en carne y hueso y casos como el que nos ocupa hoy adaptaciones a la televisión de películas míticas como “El Exorcista” (que a su vez es una adaptación de una novela no menos mítica). 


Cuando hace unos meses se anunció que se estaba preparando la adaptación de una de las películas de terror más míticas de la historia, muchos fuimos los que nos llevamos las manos a la cabeza cuestionandonos la necesidad o no de una adaptación de este tipo. Lo cierto es que el terror está viviendo un nuevo auge, tanto en el cine como en la televisión, ya lo vimos este verano con la fallida “Outcast” (que también era una adaptación, en este caso de un cómic). Y FOX, una de las networks que peor está llevando las audiencias desde hace un par de años (coincidiendo con el cambio del modo en que los espectadores consumen televisión) no ha querido dejar pasar la oportunidad y se apunta un tanto con “The Exorcist”.

En este caso, conocemos dos curas que no pueden ser más distintos entre sí. Por un lado, el padre Tomás Ortega (Alfonso Herrera, visto últimamente en “Sense8”), quien a pesar de su juventud es muy querido y respetado en la pequeña comunidad de Chicago para la que predica la fe, pero que sufre constantes crisis de fe que ponen a prueba su verdadera vocación. Y por otro a Marcus Keene (Ben Daniels, “Flesh and Bone” o “House of Cards”), de quien gracias a unos extraños sueños que tiene el padre Ortega, conocemos su pasado tratando un caso de un exorcismo en México. El primero tendrá que echar manos de los conocimientos del segundo cuando el tema de los exorcismos y las posesiones demoníacas llama a su puerta de mano de una madre de familia llamada Angela Rance (maravillosamente perturbadora Geena Davis). Esta ama de casa no duda en acudir a su párroco cuando empieza a notar en su hogar voces y sensaciones extrañas que hacen que automáticamente piense que su hija, que acaba de regresar de la universidad tras interrumpir sus estudios, puede estar siendo fruto de una posesión demoníaca.


A lo largo del episodio vamos viendo varios momentos desconcertantes y que ponen los pelos de punta como el exorcismo que el padre Keene ejecuta en México o el primer contacto del padre Ortega con las posesiones demoníacas en el desván de la casa de los Rance. Escenas que si bien no hacen que podamos calificar este primer episodio de terrorífico, transmiten perfectamente las sensaciones de agobio e intranquilidad (tan propias del género de terror) que aquí sí que están bien ejecutadas. Parece que en este caso, el creador Jeremy Slater ha optado por ir creando la atmósfera poco a poco y de una manera menos inmersiva, al contrario de lo que se hizo en “Outcast” que empezó por todo lo alto pero que se fue descalabrando poco a poco. Aquí, Slater se toma su tiempo para que el espectador se vaya introduciendo en el truculento mundo de los exorcismos de la mano del propio padre Ortega.

No podían faltar en esta adaptación dos de las señas de identidad más míticas de la película en que se basa. Por un lado, la clásica melodía que hace poner los pelos de punta a cualquiera y la no menos clásica escena del sacerdote con el sombrero de ala ancha circulando por la noche por las calles de la ciudad. Y ambas están bien insertadas en el episodio, una al inicio y una al final de tal manera que por mucho que la serie pretenda tener una entidad propia diferenciada de la película, hay que mantener unas señas de identidad que hagan que el espectador sepa que el espíritu original sigue vivo.


La lástima de momento es que parece que la audiencia no se ha mostrado demasiado interesada con el proyecto ya que su estreno el pasado viernes acumuló unos datos algo flojos e inferiores a lo que se esperaba, menos de tres millones de espectadores y un 1,0 en los demográficos. Unos datos que si bien no pueden calificarse de desastrosos, teniendo en cuenta que el viernes es una noche de poco consumo televisivo en Estados Unidos, sí que se esperaban superiores teniendo en cuenta lo icónico que resulta “El Exorcista”.

Queda por ver si la audiencia empieza a engancharse para poder darle el tiempo suficiente a la serie para que desarrolle todo su potencial ya que por muy prometedor que me haya parecido el primer episodio, este tipo de series necesitan varios capítulos para poder encontrar su lugar y sobre todo, demostrar si verdaderamente cumplen las expectativas o no teniendo en cuenta lo complicado que es hacer este género en televisión.

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