Hace un par de años, publiqué un post en el que comentaba un par de estrenos de series médicas, “Code Black” y “Heartbeat” a la vez que hacía una reflexión acerca de cómo algunas profesiones, como los médicos y abogados, siempre han estado, están y estarán presentes en nuestra parrilla televisiva. Hoy, dando continuidad a aquel post, comentaré otras dos series médicas que han llegado a nuestras pantallas en los últimos meses y que siguen esa larga historia de la representación de los médicos en televisión.
La primera de ellas es “The Good Doctor” (hay que ver cuántas serie llevan “The Good…” en su título), un remake de una serie surcoreana de 2013 de mismo nombre que se estrenó en Estados Unidos el pasado mes de octubre y que en España se puede ver semanalmente en el canal de cable AXN. Ha sido el estreno revelación de esta temporada, con capítulos que rondan semanalmente los 10 millones de espectadores y alcanzando los 20 con las emisiones en diferido. Junto a “Young Sheldon” ha sido el estreno con más audiencia de esta los últimos meses y su protagonista, Freddie Highmore ha conseguido la nominación a mejor actor de drama en la pasada edición de los Globos de Oro.
“The Good Doctor” está protagonizada por Freddie Highmore, que después de encarnar al mismísimo Norman Bates en la muy reivindicable “Bates Motel”, interpreta aquí a Shaun Murphy, un joven cirujano que padece cierto grado de autismo pero que no le ha impedido ser todo un prodigio de la medicina. En el San Jose Bonaventure Hospital, uno de los hospitales más prestigiosos de Estados Unidos, se dividen entre aquellos que quieren contar con él de cara a la popularidad que esto le puede dar al centro hospitalario y los que le rechazan al considerarlo poco apto para el puesto de cirujano. Mientras lidia con los fantasmas familiares del pasado, Murphy irá demostrando que es un verdadero genio ganándose así la confianza y el respeto de aquellos que le rodean.
La serie resulta, al menos en sus primeros episodios, altamente entretenida y su personaje protagonista, Shaun Murphy ejerce un efecto atrayente en el espectador que hace que tengamos cada vez más y más ganas de ver como este demuestra a cada uno de los cretinos que le rodean de lo que es capaz dentro del quirófano. No es que la serie nos vaya a aportar un punto de vista distinto al que hayamos visto en otras series médicas, pero al menos cumple con su cometido.
El segundo estreno médico de estos meses ha sido “The Resident” que se estrenó a finales de enero en FOX en Estados Unidos y que ha llegado a España este pasado mes de marzo gracias a Fox Life. En el caso de “The Resident” su mayor atractivo, al menos desde mi punto de vista, son sus dos protagonistas. Por un lado, Matt Czuchry, que ha dejado atrás su personaje de Cary Agos en “The Good Wife” (ojalá Julianna Margulies haciendo un cameo en uno de los episodios) y por el otro la no menos icónica Emily VanCamp un par de años después de decirle adiós en la mítica “Revenge” (ojalá Madeleine Stowe haciendo un cameo en uno de los episodios).
"The Resident”, por el contrario, nos presenta a un joven idealista, Devon Pravesh (Manish Dayal) que empieza su primer día de residente de medicina con ganas de demostrar su valía (y también un poco de soberbia). Cuando llega al hospital se encuentra bajo la supervisión de un residente senior, Conrad Hawkins, que no puede ser más distinto a él, mucho más pragmático y con una versión de la medicina mucho menos idealista. Conrad, por su parte tiene que esforzarse para lidiar con el doctor jefe de cirugía, Randolph Bell (Bruce Greenwood), un veterano cirujano que ya empieza a dar síntomas de agotamiento (y de poca ética profesional) además de con su novia/ex novia enfermera Nicolette Nevin.
Si “The Good Doctor” tenía en su peculiar protagonista su mayor seña de identidad, hay que reconocer que “The Resident” no es más que otro intento de “Anatomía de Grey”. De hecho, no creo ni que intente disimularlo ya que su combinación entre dramas episódicos, casos más peculiares en cada episodio y romance entre sus protagonistas es algo que ya hemos visto en multitud de ocasiones. Sin embargo, no deja de ser entretenida y funciona perfectamente como entretenimiento sencillo para amenizar ratos muertos. No creo que “The Resident” tenga pretensiones de ser algo más.
No es que ninguno de los dos estrenos vaya a pasar a la historia de la televisión, pero ambos funcionan correctamente como entretenimiento ya que combinan sus buenas dosis de drama personal con casos médicos espectaculares y curiosos. Ambas aprueban, pero ninguna es sobresaliente. Seguiremos esperando la heredera de “Urgencias”.
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