Tradicionalmente se ha considerado los viernes (junto a los sábados) el día al que se mandaban las series a morir cuando estas no funcionaban como la cadena había esperado. Pero desde hace un par de temporadas varias cadenas han decidido apostar por estrenar algunas de sus series este último día hábil de la semana con el objetivo de hacer hueco para algunos proyectos que si bien no son los más fuertes de la cadena, gozan sin embargo de cierto público dispuesto a cambiar su manera de empezar el fin de semana. Así, el año pasado pudimos ver como estrenos como “The Exorcist” o el remake de “MacGyver” que con diferente fortuna han aterrizado en la noche del viernes.
Esta temporada, The CW ha decidido hacer un tándem con dos “veteranas” que si bien ya han vivido tiempos mejores, aún gozan de salud y confianza por parte de la cadena como para seguir siendo renovadas. Se trata de “Jane The Virgin” y “Crazy Ex-Girlfriend”, protagonizadas respectivamente por Gina Rodriguez y Rachel Bloom. Está claro que ninguna de las dos series tiene las audiencias que alcanzan “Flash”, “Supergirl” o cualquiera de los superhéroes de la cadena, pero aún merecen un hueco en la parrilla. Vamos a repasar ahora lo que ha dado de sí esta primera parte de sus nuevas temporadas.
A partir de aquí, spoilers de las tercera y cuarta temporada de “Crazy Ex-Girlfriend” y “Jane the Virgin” respectivamente.
Actualmente, “Crazy Ex-Girlfriend” atraviesa su tercera temporada, y creo que estos siete episodios emitidos (esta noche se emite el octavo) nos está dando alguno de los mejores momentos de lo que llevamos de serie. Rebecca era un coche sin freno y cada episodio ha ido ganando en dramatismo a medida que íbamos viendo a su protagonista descarrilar. En ningún momento ha dejado de ser cómica, pero sí que es cierto que el resultado que ha tenido el plan de venganza que Rebecca ha llevado a cabo contra Josh tras haber sido plantada en el altar al final de la anterior temporada, no ha conseguido el resultado que ella esperaba.
Es por ello que hemos visto a una Rebecca hundida, bloqueada y al borde del suicidio cuya única vía de escape fue huir a casa de su madre a Nueva York tras haber apartado de su vida incluso a sus propias amigas. Afortunadamente, su regreso, que ha coincidido con su diagnóstico de trastorno límite de la personalidad, ha supuesto un punto de inflexión y todo parece que levantará cabeza ¿Por cuánto tiempo? Eso es algo que veremos a partir de hoy mismo con el estreno del octavo episodio.
La serie ha ganado en dramatismo abordando temas poco comunes en series de network en prime time. La serie también ha ganado en coralidad, y es que las tramas de personajes secundarios como Heather o los propios compañeros de trabajo de Rebecca han ganado en profundidad. Y a ello hay que sumar la muy acertada incorporación de Scott Michael Murray (el Cappie de “Greek”) interpretando al nuevo jefe (e interés amoroso) de la protagonista. “Crazy Ex-Girlfriend” es ahora más compleja, más diversa y más entretenida. En definitiva, mejor. Un apena que sus audiencias no vaticinen nada bueno.
La que parece no gozar del mismo momentum es “Jane the Virgin” ya que aparentemente y de manera paulatina la idea de la virgen embarazada por obra y gracia de un error en la inseminación artificial se va agotando y cada vez va mostrando más síntomas de cansancio haciendo pensar al espectador que ya va siendo hora de darle un final medianamente digno sin dejar que la serie haga el ridículo. No ha dejado en ningún momento de ser entretenida ni divertida, pero simplemente parece que ya ha perdido su gancho y que funciona en la mayor parte de sus episodios con el piloto automático.
Y es que parece que ninguno de los personajes nos puede aportar a estas alturas algo nuevo. El triángulo amoroso Jane-Rafael-Petra se reactiva cada media docena de capítulos y en los siete emitidos de esta cuarta temporada ya hemos visto como Rafael se enamoraba de Petra y se desenamoraba de ella para volver a enamorarse de Jane. Con otra novia entre medias. Y así ha sido desde el inicio de la serie. El hotel ya ha pasado por más dueños que un coche de segunda mano y la trama de Rogelio de la Vega y sus culebrones dentro y fuera del plató de televisión está rematadamente agotada. ¿Y a estas alturas a alguien le importa lo más mínimo la salud mental de la hermana de Rafael?
Ni siquiera ha funcionado la única novedad que nos ha aportado esta cuarta temporada, ya que la incorporación de Tyler Posey, que recientemente ha finiquitado para siempre “Teen Wolf”, no ha conseguido levantar vuelo ya que su personaje Adam, primer amor de juventud de la protagonista Jane, parece no encajar demasiado y casi siempre se le ve fuera de lugar. Como si estuviese en una serie totalmente distinta en la que no acaba de tener química con ninguno de los personajes veteranos. Y para colmo me temo que no va a volver a hacer acto de presencia tras haber aceptado un trabajo en la otra punta del país.
Dos derivas muy distintas para dos series que tienen mucho en común, un personaje protagonista femenino y dos actrices que lo dan todo por su serie (con sendos Globos de Oro a la mejor actriz de comedia). La pregunta ahora es ¿hasta cuándo seguirá funcionando la fórmula?
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