El miércoles inicié mi particular repaso de las series que están nominadas en la próxima edición de los EMMY con “Master of None”, la comedia de Aziz Ansari presente en varias categorías importantes. Y hoy continúo el repaso con “The Night Manager”, la miniserie de la BBC británica de seis episodios dirigida por la oscarizada Susanne Bier y que en Estados Unidos emitió AMC.
“The Night Manager” está basada en una novela de John Le Carré (que ya ofrece ciertas garantías del producto al que nos estamos acercando) y nos acerca al personaje de Jonathan Pine, un ex soldado británico que durante la primavera árabe trabaja como gerente del turno de noche de un importante hotel de la capital egipcia. Eso le permite obtener cierta información sobre Richard Roper, un traficante de armas que está aprovechando la situación de inestabilidad política y social para hacer su particular agosto. Pine, con un gran sentido del deber y de la responsabilidad, pone dicha información en manos de una agencia inglesa de investigación, que le pide que se infiltre en el grupo de colaboradores cercanos de Roper con el objetivo de hacerlo caer y entregarlo a la justicia británica.
Los tres primeros episodios están destinados a las presentaciones, el primero de ellos al personaje de Jonathan Pine, el segundo a Richard Roper y el tercero nos presenta la idea general de lo que cada uno de ellos se trae entre manos. Pero ninguno de los capítulos se olvida de ir construyendo poco a poco el resto de personajes, esa Angela Burr obsesionada con hacer caer a Roper y esa Joel que parece no ser todo lo transparente que su pareja cree. Los otros tres episodios son los que realmente concentran el desarrollo de la trama y de los acontecimientos, con el telón político, social y económico que ejercen aquí casi de un personaje más. Roper tiene un trato para vender un cargamento de armas con el que espera obtener más de 300 millones de beneficios y Pine va a ser su as en la manga para conseguirlo.
Todo esto está contado con buenas dosis de acción, muy al estilo James Bond (inevitable la comparación); y además, Bier sabe administrar la tensión y el suspense con cuentagotas de tal manera que es imposible dejar de verla a la mitad. Sin entrar en spoilers, en uno de los últimos episodios vemos tal despliegue de armamento y material pirotécnico militar que es imposible no quedarse con la boca abierta. Y no sólo por lo notable de la escena en sí sino por lo que cuenta entre líneas.
Quizás el mayor gancho que ofrece “The Night Manager” es su reparto. Unos estupendos Tom Hiddleston (que parece vivir en un anuncio de Emidio Tucci constante) y Hugh Laurie secundados por unas no menos estupendas Olivia Colman y Elizabeth Debicki. La primera, una de las grandes actrices británicas a la que vimos en “Broadchurch” y la segunda está actualmente brillando con su papel protagonista en “The Kettering Incident” de la que hablaré aquí en el blog dentro de unas semanas cuando termine su primera temporada. Y ya en papeles más secundarios nos encontramos a Tom Hollander, David Harewood, Tobias Menzies o los españoles Antonio de la Torre, Marta Torné y Hovik Keuchkerian.
La serie destaca además, como no puede ser menos por parte de la BBC, por su cuidada estética. Una ambientación que presta especial atención a los detalles y una banda sonora compuesta por el español Víctor Reyes hacen del producto final una serie a la altura de las expectativas, que cumple no sólo en el apartado artístico sino también en el técnico y que además presenta una autopsia minuciosa de la sociedad capitalista y del funcionamiento de las agencias de inteligencia gubernamentales. Perfecta la sintonía de esta con otras series de espías que poco a poco se están poniendo de moda en televisión como “Homeland” o la maravillosa “The Honourable Woman”.
Reconozco que en su momento no vi “The Night Manager” por pereza más que por falta de tiempo. No me llamaba la atención ni su trama ni su reparto y la dejé en la carpeta de para después hasta que los EMMY se acordaron de ella en sus nominaciones (he de reconocer que el nuevo personaje de Tom Hiddleston como novio feliz de Taylor Swift también ayudó a que me animase). Y sinceramente, no sé si porque la serie es realmente buena (que lo es) o que yo inicialmente me acerqué a ella con más dejadez que entusiasmo, la disfruté desde el primer episodio hasta el último llegando a ver los seis episodios en un mismo día. Tiene un ritmo que sin ser frenético no da respiro ni un solo segundo y sus personajes están tan bien construidos que hacen que te metas en la historia de lleno desde el primer minuto.
Una de las mayores sorpresas personales de la temporada que además ya tiene confirmada por parte de la BBC una segunda temporada. Esperaremos ansiosos.