Pocos éramos los que confiábamos
en el buen desarrollo de la segunda temporada de “How to get away with murder”.
Quizás porque dudábamos de si la fórmula iba a seguir dando resultado. Quizás
porque el cierre de la primera temporada daba poco pie a una buena historia
para la segunda. O quizás porque sus tics habituales como los cliffhanger o los
giros locos de guión podrían resultar repetitivos o cansinos. Nada más lejos de
la realidad. Esta segunda tanda de episodios ha sabido mantener el interés y el nivel de adicción de la primera con unas tramas igual de locas, pero aún más frenéticas,
divertidas y entretenidas.
La investigación del asesinato
del matrimonio Hapstall y sus múltiples posibles culpables ha constituido el
eje argumental acerca del cual ha girado la trama a lo largo de estos 15
capítulos. Pero no ha sido la única, ya que la muerte de Lila y la posterior
desaparición de Rebecca (que habían centrado las tramas en la primera
temporada) ha seguido dando que hablar. Y por si fuese poco, en los capítulos
emitidos tras el parón navideño, Wes, tras lo acontecido aquella fatídica noche
en la que disparó a Annalise, decide investigar la verdad sobre el
fallecimiento de su madre. Tres tramas aparentemente distintas que ya sabemos
que con Annalise de por medio, están condenadas a un nexo común.
(A partir de aquí, spoilers del final de temporada de HTGAWM)
En la Season Finale, nuestra
protagonista intenta recuperar el aliento en casa de su madre (difícil lo tiene
teniendo en cuenta la papeleta que se encuentra a llegar con su padre recién
reaparecido) hasta que gracias a la ayuda de sus ayudantes descubre que una orden
de detención pesa sobre ella. Orden que ha sido ejecutada tras un chivatazo de
Caleb, que no sólo no estaba desaparecido sino que además estaba colaborando
con la policía para la detención de nuestra jefa Annalise. Esta decide
entonces desvelar algo que desconocíamos y es que tiene en su haber un USB que
le entregó Philip (al que hasta ahora todos considerábamos culpable) en aquella
extraña pelea en casa de Wes. ¿Y qué contiene ese USB? Pues la monitorización
de la pulsera deportiva de Caleb que lo sitúa en el lugar del asesinato de su
tía. Y así es como descubrimos que este fue el asesino de esta y de sus padres
y que su hermana Catherine decidió aceptar la culpa en su lugar al estar
locamente enamorada (“dormíamos juntos
pero nada de sexo. Sólo besos y otras cosas” ¿PERDONA?). Finalmente, al ver
desvelada la verdad, Caleb decide acabar con su vida suicidándose en la bañera.
Por otro lado, Wes, decidido a
llegar a la verdad de lo sucedido con su madre, descubre que esta se suicidó
tras la presión de Annalise y su amiga/amante Eve (queremos a Famke Janssen como personaje fijo
en la tercera temporada) para declarar a favor del hijo de Wallace Mahoney,
acusado de asesinato y de cuya defensa se encarga nuestra protagonista. Algo
que ella rechazaba rotundamente porque el propio Mahoney es el padre de Wes,
fruto de una violación cometida un par de décadas atrás. No sólo eso, sino que
además descubrimos que durante la celebración de dicho juicio, Frank traicionó
a su jefa colocando un micrófono en su habitación a cambio de un par de polvos
y un maletín lleno de billetes. Dicha traición provoca el falso accidente que
acaba con la vida del bebé de Annalise y su marido Sam y este último, tras la
confesión de Frank decide hacerle un favor evitando que su jefa se entere.
¿Y qué tiene que ver esto con la
muerte de Lila? Pues que Sam decide cobrarse ese favor que le debe Frank
tras haber ocultado lo ocurrido diez años atrás pidiéndole que se deshaga de
Lila. Annalise, al conocer no sólo que Frank había matado a Lila por orden de
su marido Sam, sino que la había traicionado durante la celebración de aquel
juicio provocando la muerte de su bebé, decide que este debe abandonar el
equipo. El equipo y al parecer también la ciudad, ya que cuando Laurel (hay que
ver lo que ha dado de sí el personaje de Karla Souza esta temporada) se pasa
por casa de su ex se la encuentra totalmente vacía. Minutos después vemos como Wes se acerca por
la calle a su padre para confesarle que es su hijo cuando de repente este sufre
un disparo en la cabeza que lo deja automáticamente tendido sin vida en el
suelo.
Mucho drama y mucho asesinato
pero no nos olvidamos de las relaciones sentimentales (o simplemente sexuales)
entre los personajes. Oliver decide hacerse pasar por Connor para rechazar la
admisión de este en Stanford mientras Michaela y Asher inician una serie de
encuentros sexuales esporádicos (juntar a Michaela con Asher es como emparejar
a Gwyneth Paltrow con Torrente, pero bueno). Y la relación entre Annalise y
Nate parece más reforzada que nunca tras la visita que él le hace a ella a casa
de su madre durante su estancia allí. Por el contrario, habrá que esperar para
saber si hay algún avance entre Wes y Laurel, especialmente ahora tras la
desaparición del ex novio de esta, Frank. Aunque la pregunta que realmente
estamos desando responder a partir del próximo mes de septiembre es:
¿Quién mató a Mahoney?
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