Desde el mismo día en que se
estrenó “Supergirl”, o quizás incluso antes, Kara y Barry estaban destinados a
cruzar sus destinos. No sólo porque los fans de estos shows así lo reclamaban
incluso antes del estreno de la serie de la superheroína sino porque ambos
comparten más de un punto en común: sustentan su heroicidad en el trabajo en equipo,
ambos disfrutan haciendo uso de lo que les hace diferentes del resto del mundo
y los dos comparten una filosofía optimista, incluso naíf, de sus poderes a
pesar de que estos muchas veces les llevan a tomar decisiones difíciles. Al
contrario que otros como “Arrow” que parecen vivir amargados continuamente. No
solo eso sino que además la química entre los dos actores, que ya habían
coincidido en “Glee” parecía que iba a resultar tierna, dulce y divertida (hay
que ver la capacidad que tiene Melissa Benoist para conseguir una química
fabulosa con todo aquel actor que le pongan delante).
(A partir de aquí, spoilers sobre el desarrollo del episodio)
Y así ha sido. El esperado crossover entre
“Supergirl” y “The Flash” emitido este pasado lunes en la CBS no pudo resultar
más maravilloso, entretenido y productivo (especialmente para la serie de la
primera cuyas audiencias llevaban estancadas unas semanas y que consiguió
aumentar cuatro décimas su dato de demográficos hasta los 7,1 millones). La
llegada de Barry a National City es relatada de la manera más simple posible
para aquellos que no conocen la serie de la CW, y es que Barry acude a ayudar a
Kara, cuando esta es atacada por Siobhan, a tal velocidad que cruza una de las
barreras que separan los multiuniversos. Teoría de los multiuniversos que quedan
realmente bien explicada con el dúo Barry-Winn. Y como todo capítulo de
superhéroes, tiene que haber un villano al que derrotar. Y para este capítulo
echaron mano de Leslie (aka Livewire) que llevaba presa en los cuarteles de la
DEO varios capítulos y que con la ayuda de Siobham, la antigua asistente
malvada de la jefa Cat Grant, consigue escapar de su retiro forzado. Ambas, con
Siobham convertida por arte del maquillaje en una calavera mexicana cutre con
el sobrenombre de Silver Banshee se plantear resolver sus cuentas pendientes no
sólo con Cat Grant sino con la propia Supergirl.
Una de las principales
características de este episodio ha sido la importante carga humorística del
mismo. Desde hacer alusión a estrellas del pop como Mariah Carey, Beyoncé o
Taylor Swift hasta una Cat Grant (exquisita Calista Flockhart demostrando que
sabe hacer drama, comedia y todo lo que se le ponga por delante) dispuesta a
arrebatar a los dos superhéroes el título de estrella de la función con
frases lapidarias como: “Ahora que os veo ahí a los cuatro, parecéis el atractivo,
inofensivo y racialmente diverso cast de una serie de la CW” o “Una persona tan
amable y simpática sólo puede ser superhéroe o mormón”. Además, los continuos
piques entre cuál de los dos es más rápido no hace más que alimentar las dudas
de los fans de qué superhéroe vencería en caso de enemistad. Mención aparte merece el momento en que ambos descubren uno al otro no solo su identidad de superhéroes sino su verdadera identidad, momento que resulta francamente delicioso. Quizás otro
aspecto a destacar es la importante carga feminista del capítulo. Algo que
desarrollan de una manera natural e inofensiva pero que queda patente al final
del episodio cuando Barry comenta, al verse en inferioridad masculina ante un
grupo de héroes como villanos de sexo femenino con su única excepción: “quizás
deberíamos resolver esto como mujeres adultas”.
El aspecto menos positivo del
episodio vino, como siempre, de la mano del empeño de los creadores del show en
meter con calzador un interés amoroso entre Kara y Jimmy Olsen. Y no es porque
yo sea shipper máximo entre Kara y Winn sino porque la química entre esos dos
personajes no puede ser más nula. N.U.L.A. Y parece que aún no se han dado
cuenta. Esperemos que cuando lo hagan no sea demasiado tarde. Quizás la
resolución del caso y la victoria de los superhéroes sobre las dos villanas
haya sido algo floja o insustancial, pero francamente, eso era lo de menos en
el capítulo ya que ellas no consistían más que en una mera excusa para juntar estos
dos superhéroes. Pero quizás lo peor es saber que los destinos de Kara y Barry
no volverán a cruzarse, al menos en un futuro cercano. Y es que no vendría
mal un crossover como este cada semana.