Hace unas semanas se celebró en Cannes la primera edición de su Festival de Series, la versión televisiva del festival de cine más famoso del mundo. Y entre todas las propuestas presentadas (alguna de ellas española, como Félix de Movistar +), destacaba una que estaba destinada a ganarse nuestra atención. Se trata de “Killing Eve”, se puede ver todos los lunes en HBO España (en Estados Unidos se emite en BBC America, el mismo canal que nos regaló “Orphan Black”) y supone el regreso de Sandra Oh con su primer gran proyecto televisivo tras dejar “Anatomía de Grey” hace cuatro años, además de ser su primera serie como protagonista.
“Killing Eve” se centra en dos personajes. Por un lado tenemos a la Eve del título (Sandra Oh), una mujer de mediana edad, con una inteligencia superior a la media, casada y frustrada porque siempre soñó con ser una gran espía, pero se ha tenido que conformar haciendo papeleo para el MI6. Un día pierde su trabajo por hablar más de la cuenta al decir que cree que la asesina que están buscando es una mujer y no un hombre. Y razón no le falta, ya que se trata de Villanelle (Jodie Comer, a la que hemos visto en la miniserie “Rillington Place”, “Doctor Foster” o “My Mad Fat Diary”), una asesina a sueldo rusa, guapa, segura de sí misma y totalmente despiadada, que vive en París y que se dedica a matar por encargo en cualquier punto de Europa.
Lo mejor sin duda de “Killing Eve”, es estar protagonizada por mujeres. Y sí, tenemos ya en nuestras pantallas cada vez más series protagonizadas por ellas (no suficientes aún), pero es que lo que hace diferente a esta es que la historia que cuenta perfectamente podría haber estado protagonizada por hombres (hemos visto cientos de películas y series centradas en el juego del gato y el ratón) y en cambio no lo está. Y ahí es donde verdaderamente se hace visible la cada vez más importante presencia femenina en las pantallas. Y ahí también es donde “Killing Eve” encuentra su fortaleza, en ellas. Los dos personajes protagonistas son dos mujeres inteligentes y seguras de sí mismas, pero también imperfectas.
Además, el guion no trata de convencernos de que una es la buena y la otra la mala. Aquí nos hacen disfrutar paralelamente de los dos personajes femeninos protagonistas y en algunos momentos nos hacen dudar de si verdaderamente queremos que Eve dé caza a Villanelle o si por el contrario preferimos que esta siga haciendo su trabajo a lo largo y ancho del continente europeo. Esta no es la típica historia de los buenos contra los malos y ahí es donde radica otra de las mayores virtudes de “Killing Eve”, en hacer que el espectador algunas veces empatice con “la buena” y otras con “la mala”, pero en ningún caso hay un bando ganador.
El otro gran aspecto a destacar de la serie es el uso del humor, un humor que no suele estar presente en este tipo de historias y que es lo que hace única y personal esta propuesta. Sandra Oh tiene una comicidad natural que le viene como anillo al dedo a su personaje y Jodie Comer borda ese papel mezcla entre letal y pizpireta que hace que navegues entre la temeridad en algunos momentos y la carcajada en otros. Y todo ello debemos agradecérselo a Phoebe Waller-Bridge, creadora y protagonista de la estupenda “Fleabag” (que se puede ver en Amazon España, cosa que os recomiendo encarecidamente si no lo habéis hecho), que es también una de las responsables detrás de “Killing Eve” y que en los últimos años se ha convertido en una de las mejores escritoras y guionistas de comedia femenina de la televisión.
De momento ya sabemos que la serie ha sido renovada por una segunda temporada (incluso antes de haber estrenado la primera), así que ya podemos hacernos a la idea de que vamos a poder disfrutar un buen puñado de episodios más de esta particular persecución. Una maravilla que desde ya está destinada a aparecer en las listas de las mejores series y los mejores personajes del año. Y muy merecidamente.
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